Somos Tres Capítulo 40

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Nuevas experiencias

Después de eso, Williams me llevó a mi casa. El camino fue un poco raro, y fuimos en silencio durante todo el trayecto. El ambiente se sentía extraño, pero aún no podía creer todo lo que había sucedido desde que me trasladé a la universidad. Fueron tantas experiencias, tanto buenas como malas, pero cada una para aprender y prepararme para las nuevas cosas que vendrán en el camino.

Ahora puedo entender por qué Dios es Dios, por qué Él es bueno, por qué es misericordioso. Todo eso puedo entenderlo ahora, porque Él ya sabía que yo le iba a fallar, sabía que me iba a apartar, sabía que todo eso iba a ocurrir incluso antes de que yo lo hiciera. Y aun así, después de haberle fallado en mi peor momento, Dios no me olvidó. Él no se olvidó de mí a pesar de todo lo que hice, Él aún está conmigo y me está dando otra oportunidad para hacer las cosas bien.

¿Por qué no envió Dios a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él?

Dios permite tantas experiencias en nuestra vida para que cada día aprendamos más sobre Él, para que en nuestro peor momento busquemos más de Él, su intimidad, y para que todo eso lo demos como testimonio y ayudemos a otras personas que estén pasando por un proceso similar o parecido al mío.

Dios permite que una persona pase por algo para que pueda ayudar a otra, para que nos volvamos más fuertes espiritualmente, y para que estemos preparados para los procesos que tendremos en el futuro.

Después de pensar en todo eso, me quedé dormida, mientras por fin el Señor me daba a entender por qué permite que nos pasen tantas cosas en la vida: todo tiene un propósito.

Al día siguiente

—Nana, tengo algo que decirte... más bien un favor que pedirte —le dije a la abuela, abajo en la cocina, mientras preparaba el desayuno. Ella me esperaba en el comedor. No sabía cómo decirlo, pero era algo que quería compartir.

—Bueno, ya está listo el desayuno, abuela. ¡Buen provecho! —le dije.

—Gracias, cariño —dijo la abuela con una sonrisa—. ¿Qué me querías decir? —preguntó mientras desayunaba.

No sabía cómo responder. Me puse nerviosa, no sabía ni cómo decirlo... suspiré profundo para comenzar, pero de repente ella me interrumpió y dijo:

—¿Es sobre Williams? —Con los nervios que tenía, dejé caer el tenedor que iba en dirección a mi boca. Mirándola nerviosa y de reojo le pregunté: —¿Cómo supiste?

—A decir verdad, ya lo sabía. Hace unos días me dijo que estaba enamorado de ti de una forma muy especial. Realmente me gustó mucho oírlo hablar de ti de esa manera. Dime, ¿cómo fue?

—¿Qué? —le dije sorprendida. No podía creer lo que Nana me estaba diciendo, no sabía que Williams había hecho eso.

—Nana, ¿de qué estás hablando? ¿Sobre qué habló Williams contigo?

—Bueno, te noto nerviosa, así que empezaré yo. Hace unos días, en mi fiesta de bienvenida, antes de que tú y Williams hablaran, él me contó lo que siente por ti. Me dijo que primero quiere empezar a orar, quiere confirmación con Dios, y además quería que yo lo ayudara a orar. Me contó todo, Rous: cómo se conocieron, la forma en que se fueron acercando, y cómo empezó a sentir cosas por ti. Me dijo que eres muy especial, y que quiere ayudarte a seguir adelante. Me dijo que quiere ser tu apoyo, que quiere ser una de las razones de tu sonrisa, un pañuelo en tu tristeza, y muchas cosas más. Él me dijo que tú lo ayudaste mucho, así como él te ayuda a ti. De verdad quiere una relación seria contigo, aprobada por Dios. Cuando me dijo todo eso, me sentí orgullosa, porque podía sentir que él es la persona que Dios va a usar para complementar tu vida.

Continuará

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