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Nota del Autor: De todas las novelas que has leído, ¿cuántas de ellas no tienen un "Antes de leer" como primer capítulo o algo similar? Bueno, a mí se me pasó. Es triste, pero no hay tiempo para lamentarse.
Esta es una historia creada desde hace tiempo que había escrito para distraerme y que nunca publiqué. Espero puedas darle una oportunidad. Sin más, ¡DISFRÚTALA!
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[Boston, Massachusetts - 2054]

Eran poco más de las 5 de la madrugada cuando Gunnar se levantó de la cama y se dirigió al baño. Abrió los grifos de la gran bañera y observó cuidadosamente cómo salía el agua caliente. Lo preparó con sales y jabón, se despojó la vestimenta y entró.

No podía dormir. Hoy los recuerdos de hace 5 años estaban muy presentes esa noche. Tenía la mirada perdida. Además, el silencio para colmo de males no lo ayudaba en nada.

Recién cumplía 18 años cuando sus padres murieron. La primera fue Martha, su madre. Ella fue una famosa investigadora muy dedicada a la labor que ejercía. Enfocó la mayor parte de su vida en el estudio del Rejuvenecimiento Acelerado, cuyo progreso estaba en pruebas con primates y donde los resultados florecían sin estancamientos. Su forma de ser brillaba en cada lugar que hacía presencia. Y es que su carisma, amabilidad y amor se impregnaban en los corazones de las personas, sin barreras.

Una mujer tan valerosa que tuvo un final muy trágico cuando, según reportes de las autoridades, tras una explosión involuntaria en el laboratorio, por desgracia, falleció.

El caso en realidad se vio manchado por varios huecos sin llenarse, siendo este extraño y misterioso para cualquiera. Por último, se archivó por falta de resultados concretos.

En consecuencia, Stuart Coleman, el padre de Gunnar, decidió por cuenta propia trabajar para hallar alguna luz que iluminara la oscuridad de la muerte de su esposa. Él pasó los siguientes meses intentando de muchas maneras dar con algo, por muy poco que pudiera ser, pero algo; sin embargo, la conclusión fue nada.

Gunnar recordó que su papá le habló sobre unas pistas que conducían a la verdad, no obstante, estaban rodeadas de peligros. Tanto así que pudo ver en sus ojos una mezcla desesperanza y determinación. Días después, murió.

Stuart Coleman no pudo quedarse quieto. Sentía la obligación de esclarecer el caso y se arriesgó, solo que el destino no estuvo de su lado y un accidente automovilístico se robó su vida. En esta oportunidad, Gunnar sí atestiguó con sus propios ojos el cadáver ensangrentado de su padre sobre la carretera.

Sin lugar a dudas, él fue ungido por el dolor. Pasó más de 4 meses encerrado en la habitación, saliendo únicamente para comer y hacer otras necesidades diarias.

En su regreso a la universidad coincidió con muchísimos problemas de acoso y violencia. Una vida injusta y que le infligió más dolor del que ya tenía. Quería simplemente morirs, pero, todo cambió gracias a alguien.

Un sonido estruendoso sonó en la conocía e interrumpió sus pensamientos; sin embargo, Gunnar no pareció alarmarse en lo más mínimo. Al contrario, una sonrisa cansada se dibujó en el rostro.

-¡Caesar, ven aquí! -dijo, como una orden.

Gritos eufóricos de un chimpancé empezaron a sonar desde la distancia, que, posteriormente, hicieron presencia en el baño.

-Amigo, te he dicho que no entres en la cocina. Ese no es lugar para que juegues.

Su voz se escuchó resuelta. Miró al primate y este se golpeó el pecho con rudeza y luego asintió. Gunnar de igual forma sabía que era caso perdido el intentar establecer siquiera un acuerdo.

LA ÚLTIMA DEFENSA DE LA CREACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora