Suministros

141 52 0
                                    

Posteriormente al evento con Ada y los demás sujetos, no se presentó nada para enmarcar durante el recorrido de Gunnar. Aunque, tal vicisitud hizo anotar varias características distintivas de la zona en la que se estaba albergando. Las personas iniciaban el proceso de descontrol y desesperación: estaban siendo forzadas a salir y luchar.

"Al fin, el supermercado".

La distancia fue considerable, a pesar de que seleccionó el más próximo de los 4 registrados en el GPS. Si el local no tenía suministros, le tocaría ir al siguiente, caso que le resultaría fastidioso. "El estómago me ruge de hambre", pensó, tocándose la barriga y un poco molesto.

En el establecimiento al que iba a entrar se percibían partes dañadas, pero con arreglos improvisados. Lo único que no tenía fallos era la iluminación.

"Puede haber gente ahí dentro", dedujo al evaluar bien. El lugar intentaba estar en las mejores condiciones posibles, lo cual era un indicio claro de su pensar.

"A trabajar". Sin importarle demasiado, dio un paso hacia el supermercado.

Vio por cada lado donde fuera accesible una entrena menos destructiva, porque podría volver y si las Pesadillas se metieran, arruinaría todo allí.

—¿Qué quieres?

Una voz masculina se escuchó. Gunnar volvió hacia la derecha y un parlante con una cámara pequeña conectada arriba apareció de la nada; de ahí salía la voz.

—Comida, por supuesto.

—Aquí no vendemos nada. Ahora, si es tan amable puede irse o no respondemos —El tono sonaba molesto.

—No estaba preguntando.

Hubo un silencio pesado del otro lado. Tuvo que pasar varios segundos para que la voz se escuchara de nuevo.

—¿Quieres problemas?.

—Quiero comida y vine por ella —sentenció. Era un tono pasible aunque contundente—. Si en 10 segundos no abres, lo haré yo, y tendrás que reparar de nuevo la entrada.

El parlante guardó otra vez silencio. Era posible que los individuos allí dentro conocieran sobre las existencias de Liberados. Quizá hasta podía haber uno o más ahí también; era una realidad posible pasar Gunnar. Sin embargo, ese hombre tenía que tomar una decisión inmediata.

—Te quedan 5 segundos.

Gunnar avisó el tiempo para presionarlos psicológicamente.

Era seguro que deberían estar analizando la situación y más la conducta bordada de presumida confianza que él portaba. Esto, en definitiva, jugaba un gran papel para la toma de decisión.

—Puedes entrar...

"La mejor decisión". Todo pasó como quiso, y, así, el sonido chirriante de la puerta cobró vida cuando ascendió lentamente. Ahí las entradas automáticas habían sido inhabilitadas por el daño irreparable.

La tranquilidad parecía ser un atributo para Gunnar, debido a que no se movió. Las manos estaban descansando en el bolso que cargaba en el pecho. Después de 15 segundos, habló.

—Hay 7 personas escondidas; 3 a la derecha y 4 a la izquierda —Se enojó visiblemente—. Mataré a todos si solo uno ataca... ¿Entonces?

Amenazados. Gunnar trató de decirles que les daba una segunda oportunidad para remediar sus acciones.

"Se me colma la paciencia". Mostró ojos llenos de irritación. "Siempre es más fácil matarlos. Qué lástima que los prefiero vivos".

Necesitaba a esa gente para tener un poquito de seguridad en su nuevo depósito de suministros. No obstante, la indulgencia y él no se llevaban bien.

LA ÚLTIMA DEFENSA DE LA CREACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora