-Probemos -Gunnar dijo, enviando un puñetazo al enemigo y soltándolo. Cuando lo impactó, lo mandó lejos, pero no cayó, sino que se elevó varios metros en el proceso.La Pesadilla estaba desorientada y no sabía cómo responder a la falta de gravedad. Intentó acomodar su cuerpo para defenderse, sin embargo, fue completamente inútil. Al estar despegado del suelo, su equilibrio se quebró. Además, se le vio lo incómoda que se sentía y lo rabiosa.
Gunnar lo libró de su agarre unos segundos, solo porque sus heridas tenían que sanar primero. La defensa del rival sin duda era un dolor de cabeza, ya que no le permitía clavar un ataque el cual lo hiriera.
Dándose cuenta de la carencia de poder, empuñó la mano al límite de su fuerza y gruñó de ira. Y como si el poder actual fuera irrelevante, se multiplicó. Esto se notó porque los siguientes pasos ocasionaron temblores más grandes en el suelo. Parecía un gigante caminando.
Aparte de las mencionadas adquisiciones de poder, hubo un dato adicional oportuno de nombrar, y fue que su piel inició un proceso de enrojecimiento. A simple vista se podía entender que el cuerpo le estaba costando los aumentos de poder.
Gunnar fue consciente del cambio, pero su mente le decía que eso no importaba. Lo esencial era saciar la sed de venganza. Su alma se quemaba viva con el paso de los segundos al no exterminar al enemigo.
Sentía como si Mater lo estuviera observando a su lado y verificando si cumpliría sus órdenes. Apenas esa idea lo saludo, soltó de su boca el mismo sonido que emitió Caesar hace poco.
-¡¡Roarrr!!
El rugido de un furioso león se escuchó en el área, haciéndose sentir y buscando el respeto que cualquier rey debería tener.
Antes de que el sonido se apagara, a Gunnar se le presentó una imagen o idea en la cabeza; una forma en la que debería acabar con el enemigo. La metodología que estaba ejerciendo no era la óptima.
Sin pensarlo dos veces desactivó la habilidad gravitacional en el monstruo y este se acomodó con éxito antes de caer al suelo y aterrizó de pie. Las cuchillas, pidiendo sangre, era una clara manifestación de su rabia.
Los dos simultáneamente corriendo con la intención de matarse, y en un fragmento de segundo, los ataques llovieron de lado y lado. Ninguno de los dos tenía una pizca de contemplación hacia el otro. Cada uno quería matar a su oponente y se lanzaban para asesinar.
La Pesadilla intentó decenas de veces descuartizar al hombre e ir por Robert. Tenía una especie de conexión con el portal y este le estaba enviando señales de peligro. El problema era el malditamente loco rival que tenía ahora.
Lo había herido múltiples veces, en diferentes lugares y de gravedad, sin embargo, tercamente continuaba firme, más salvaje y airado. Una verdadera bestia imparable. Cada instante que transcurría se volvía peor, y no solo su comportamiento, sino también la ridícula regeneración y poder.
Gunnar, inmerso en la brutalidad de sus acciones, saltó dos metros de altura y le propinó una patada a todo dar, partiéndose la pierna en el intento. El hueso no duró mucho así y ya estaba a la normalidad, así que golpeó por segunda ocasión.
El punto de quiebre sucedió medio minuto después, cuando Gunnar alcanzó un potencial absurdo. Él pegó una patada frontal en el estómago de la criatura y ella salió expulsada. Fue semejante a una montaña chocando contra ella, creando en su escudo unas pequeñas grietas.
-¡¡Más!! -gritó furioso.
La piel ahora se volvió color tomate y el ya increíble peso, causado por la gravedad, siguió volviéndose todavía más ridículo.
ESTÁS LEYENDO
LA ÚLTIMA DEFENSA DE LA CREACIÓN
Science-Fiction[LIBRO 1 TERMINADO] [EN PROCESO DE EDICIÓN] ¿Qué pasaría si el mundo tal y como lo conoces se destruye frente a ti? ¿Te imaginas con la capacidad de destruir un automóvil de un solo golpe? ¿De poder recordar cada uno de los momentos de tu vida? Añ...