Escape II

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Caesar reaccionó al sentir que una energía desenfrenada invadía a su hermano, no obstante Gunnar le dijo que todo estaba bien y se relajó.

Ahora, queriendo verificar qué don encontró, el hombre invocó la Base de datos.
 

[Existencia: Gunnar Coleman]. 

[Edad: 23 años]. 

[Altura: 182 cm]. [Peso: 95 kg]. 

[Nivel de supervivencia: 8,0]. [Nivel de peligro: 8,5]. 

[Salud: 8,3/10].

[Fuerza: 20]. [Agilidad: 25]. [Constitución: 17]. [Vitalidad: 10,7]. [Inteligencia: 25]. [Sentidos: 15].

[Control de origen: 0].

[Cuantificación del origen: (105 + 716) 821. Cada aumento de Fuerza, Agilidad, Resistencia y Vitalidad consume 20 puntos de Origen cuantificado; Inteligencia 100 y Control de Origen: 1000].

Gunnar pasó su caminata por el camino boscoso disparando a cualquier rata monstruosa que se interpusiera y había adquirido 105 puntos. El 716 era nuevo, pero sabía de dónde venía: del cadáver. 

Le intrigaba saber si el Origen cuantificado era el total que el agente adquiría tras absorberlos con el Proceso de Liberación o solo eran los que almacenaba. Viendo que el chimpancé seguía comiendo tranquilo y robando Origen de alguna manera, la segunda opción era la más factible. 

"Es hora de aumentar mi fuerza".

Tener Origen cuantificado guardado era la mayor tontería del mundo. Una gran amenaza desconocida les estaba respirando en la nuca y hacerse fuerte era oportuno, así que analizó cómo distribuir el Origen y procedió.

[Existencia: Gunnar Coleman]. 

[Salud: 8,3/10].  

[Fuerza: (20+7) 27]. [Agilidad: (25+4) 29]. [Constitución: (17+7) 24]. [Vitalidad: (10,7 +14) 24]. [Inteligencia: 25]. [Sentidos: (15+9) 24]. 

[Control de origen: 0]. 

[Cuantificación de Origen: 1]. 

El Origen recorrió su cuerpo con su ya conocida sensación gratificante. Sintió que volvía a cobrar vida, era indescriptible, adictivo y sensacional. 

Un cambio muy notable fue que la percepción del entorno se sintió diferente. Los sentidos se agudizaron de tal manera que lo que antes era difícil ahora se captaba con mayor eficacia, ya fueran movimientos o sonidos. Todo se había amplificado a su favor. 

Lo mismo ocurría con su cuerpo. Aunque no tenía una estimación precisa, se sentía lleno de energía y con la actitud de atreverse a hacer cosas nuevas para probar sus límites. 

—¡Maravilloso! —No ocultó su felicidad—. Quiero más.

—[Yo también quiero más comida, hermano. Creo que ya nos entendemos mejor, porque para mí es la misma sensación] —Caesar, mientras comía las últimas partes de la cabeza que tenía en la mano, comentó sonriendo. Después se dirigió a su segunda comida, que era el extraño monstruo que mató Silvia. 

—Oye, para ahí. ¿No te va a hacer daño?.

—[No. Ya me he comido un par de estos monstruos rata mientras luchaba. Son sabrosos. El hecho de que ese de ahí parezca diferente no significa que sea inapropiado para mí comerlo. Es más, deberías probarlos, tal vez te ayuden a ti también]. 

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