—Excelente exhibición de poder. Quizá un tanto pasado de crueldad, pero no me puedo quejar —dijo el agente poseedor de 3 estrellas—. Mi nombre es Malcom, un placer saludarlos.
Una voz firme y desconocida entró en los oídos de la pandilla. Hace solo unos momentos habían acabado con sus oponentes y por eso se relajaron; sin embargo, los sentidos volvieron a estar en rojo. Movieron la cabeza y ocho personajes aparecieron a su vista.
James centró su mirada en el hombre de mediana edad que tenía un aura de superioridad a diferencia de los demás. No era que intentara presumirlo, le salía de forma natural.
Cuatro de ellos portaban un uniforme similar a los Liberados que enfrentó Gunnar y el resto el día de ayer, así que no vio nada bueno en ellos.
—¿Tienes algún asunto con nosotros? —preguntó James—. Ve directo al punto. Conocer personas hoy en día resulta peligroso. No se acerquen tampoco o los trataremos como enemigos.
—Por supuesto, cuando hago mi trabajo no me gusta andar por las ramas. Venimos en paz —aclaró las intenciones, detuvo los pasos y alzó una mano para que el resto hiciera lo mismo—. ¿Cómo se llaman?
—Ellos son Brad, Jhon y Mark; yo soy James. ¿Qué quieren?
—Queremos reclutarte.
La voz gruesa y firme ratificó la seriedad de su propuesta. James oyó confuso y en silencio, así como los 7 hombres que esperaban atentos su respuesta. No obstante, la oración del líder bandido fue obstruida por una voz familiar.
—¿Reclutarlo? No vi venir semejante propuesta —dijo Silvia, saliendo al mismo tiempo que Gunnar y Caesar—. Disculpen mi intromisión, mi nombre es Silvia. Él es Gunnar, ella Sophia, y nuestro personaje estrella… ¡Caesar!
El primate culminó la presentación sonriendo e inclinándose a modo de saludo. Su postura erecta y comportamiento, como siempre, dejaban sin palabras a todo aquel que lo conocía. Malcom primero reveló una leve expresión de sorpresa viendo la aparición del grupo, pero Caesar fue la gota que colmó el vaso.
—Esto es… impresionante. Qué animal tan único —calificó el agente de 3 estrellas.
—¿Esa cosa de dónde salió? Mis bellos no puedo evitar erizarse cuando lo veo —dijo Dylan, que por primera vez hablaba—. Deberíamos estudiarlo, tal vez…
El agente se detuvo en seco porque su líder le lanzó una mirada penetrante. El joven hombre entonces tragó saliva cuando lo observó. Esa misma expresión le daba pesadillas en las noches cuando recordaba amargas experiencias. Dylan también sintió, que de repente, el ambiente se volvió tenso.
—¿Van a estudiar a quién? ¿Tal vez qué? ¿Quieres que te mate aquí mismo? —amenazó Gunnar con una ira que casi nadie sabía que podía expresar—. Ven e intenta llevártelo si te crees muy rudo.
Inicialmente, le había interesado saber acerca del supuesto reclutamiento que estos sujetos hablaban, sin embargo, las palabras prohibidas fueron mencionadas en su presencia y él de forma automática los tachó a todos como amenazas. No había nada que discutir ahora.
—Niño, lo que él dijo es un tema el cual no tiene nada que ver conmigo... —habló Malcom, tratando de deshacer el error cometido por su estúpido subordinado, sin embargo, al ver la actitud del Gunnar se dio cuenta de que era una pérdida de tiempo—. Demonios, olvídalo. Supongo que debo ofrecerte un trato más especial para ti si quiero convencerte.
—No me interesa, imbécil. Largo de aquí.
—Tú, Gunnar. Que no se te suban los humos a la cabeza por el simple hecho de haber matado a esos canadienses de 2 hojas de arces —dijo Marcus con notable enojo—. No sabes con quiénes te estás metiendo.
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LA ÚLTIMA DEFENSA DE LA CREACIÓN
Science Fiction[LIBRO 1 TERMINADO] [EN PROCESO DE EDICIÓN] ¿Qué pasaría si el mundo tal y como lo conoces se destruye frente a ti? ¿Te imaginas con la capacidad de destruir un automóvil de un solo golpe? ¿De poder recordar cada uno de los momentos de tu vida? Añ...