✨ 04. Precio del dólar

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𝑪𝒉𝒐𝒄𝒐𝒍𝒂𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒂𝒓𝒆𝒒𝒖𝒊𝒑𝒆

Andar en pleno centro con un ventilador, de paso sola, no era lo más cómodo.

La carajita sal del mar, digo, Andreina. Andaba con esa verga, caminando por las calles del centro poco a poco, buscando una sombrita pa' poder aguantar, beber un trago de agua y poder marcarle a Valeria, que según se iban a encontrar en el Galería.

La chamita miró a sus lados, entrecerrando los ojos para enfocar su vista en el carajo que caminaba relajao care' pan con una bolsa de traki. Riki José conectó miradas con Andreina y redirigió su andar hasta donde la chamita.

Cuando llegó, se paró frente a la caraja y agarró el ventilador, siguió caminando dejando a la chama con el teléfono en la oreja, la jeta abierta y el ceño fruncido.

―Epa, ya va ―Andre se pegó detrás de Riki, buscando aunque sea un saludo del carajito―, marico, los malandros por lo menos meten la coba pidiéndote la hora.

Riki la miró por encima del hombro y siguió caminando como que si no era con él, de paso que tenía el ventilador de la chamita, también se iba a hacer el loco.

Al cruzaron la calle, un cornetazo sonó cuando el carro le frenó en toa las patas a Andreina, la chama cruzaba la calle como si el seguro lo pagaba la Polar.

Riki José se giró de coñazo, jalando a la chama de un brazo pa' ponerla en la isla. ― ¿Qué te pasa, mamaguevo atorado? El semáforo ni ha cambiado, pajuo.

Andreina peló los ojos cuando escuchó aquel insulto ser pronunciado burda de sabroso por el pelinegro, Riki tenía una cara de culo y eso como que le aumentó los tonos graves de la voz.

Temblaron hasta los interiores del tipo, que de paso no dijo nada, se hizo el loco y arrancó cuando Riki se quitó de la calle.

El Ricardo Diabetes le agarró el brazo a la chama para cruzar la otra vaina, haciendo trotar a la chama porque en tres pasos ese carajito ya estaba en la otra acera. Andreina taba normal porque no era la primera vez que casi la atropellan.

Su pasión era atravesársele a los carros como si no hubiese un mañana, o bueno, como si no quisiese un mañana.

―Chamo, ¿de pana no me vas a hablar? ¿Qué coño te pasa? ―Andreina le batuqueó el brazo a Riki antes de entrar al centro comercial.

Vio como el carajito asomó una sonrisa pequeña, finalmente volviéndola a ver. ―Quería ver hasta cuando aguantabas, las ansias te queman rapidito.

Ambos pasaron al centro comercial, caminando a paso tranquilo mientras evitaban ser atropellados por las demás personas que parecían andar con un cohete metido en ese-

― ¿Qué haces porai sola?

Andreina guardó el teléfono, sacando su pote de agua pa' hidratarse. ―Estaba comprando esa vaina ―señaló el ventilador―, porque el mío se escoñetó, iba a venir con mi mamá pero tuvimos un mini peo ahí, equis.

Riki alzó una ceja, parándose en el escalón de la escalera eléctrica, Andreina le siguió pero dos escalones más abajo porque se distrajo.

― ¿Y tus amigas?

Andre tapó la botella pa' volverla a guardar en su bolsito. ―Cuando me atracaste el ventilador estaba llamando a Valeria, según nos íbamos a encontrar aquí.

Subieron al segundo piso, Andreina estaba era siguiendo a Riki José porque el chamito andaba caminando con más decisión que tu mai cuando te va a caer a palo.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora