💌 43. Cocinando indirectamente

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𝑲𝒓𝒊𝒛𝒕𝒐 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆́𝒏 𝒔𝒆 𝒓𝒊́𝒆 𝒅𝒆 𝒕𝒊

― ¿Si entendió o no entendió? ―preguntó Heeseung, sacándole punta al lápiz.

Se había perdido en algún punto de la explicación por estar pendiente de que tenía que irse a la peluquería entre esos días, que si a cortarse las puntas y hacerse las uñas, tal vez inventar con un tinte también. Pa' cuando volvió a parar bola, ya la hoja tenía un coñazo de rayas, equis, sumas, letras, paréntesis y más.

Juliette chasqueó la lengua. ―Obvio que entendí, no soy bruta.

Palabras de una persona que no quería admitir que no entendió esa vaina.

El chamito arqueó una ceja, asintiendo de a poco, rodó el cuaderno hasta la caraja, extendiéndole el lápiz. ―Resuelva eso, pa' ve' si entendió.

Aja, ajá.

Como él la estaba mirando con los ojos entrecerrados, no se terminaba de tragar esa mentira de la chama, Julie le sostuvo la mirada mientras sacaba su propio lápiz, sonriéndole con una mueca falsa, mofándose.

El panita negó ante eso, pero le dio burda de risa en un punto, desviando la mirada al cuaderno, atento a los movimientos de la chamita mientras escribía. Juliette sentía la presión en toa la nuca, era como resolver las vainas en el pizarrón, la mismita verga.

Después de un rato, finalizó el ejercicio dejando el lápiz reposar encima de la página, apoyó su codo de la mesa y luego recostó su cabeza en su mano, dándole una mirada fugaz al chamito pa' que dijera si estaba bien o era una mielda.

―Muy bien ―habló Heeseung.

Juliette iba camino a pelar los ojos y caerse con los kilos por la sorpresa, ¿será que krizto decidió no hacerla pasar pena?

― ¿En serio? ―preguntó bajito, enderezándose en el asiento.

Cuando le vio la cara al chamo, Heeseung se estaba cagando de la risa en silencio mientras negaba. ―No, lo hizo peor que el último pero vea que de los errores se aprende.

Veeeeeeee.

Tres semanas en la vida universitaria, pero solo una como "alumna" de un carajo un tanto interesante.

Juliette estaba ahí aguantando porque era mejor discutir con ese pana que con su mamá por las notas. De panita era mucho mejor eso.

Heeseung, o Jesús, como le llamaba Juliette, era un carajo humilde que no hacía nada más que concentrarse en su propio beta, lo tenían a monte por lo notable de su situación económica, y es que estudiando en una universidad algo carita le preguntaban con odiosidad que si comía siquiera.

La gente ej una rata cuando se lo proponían.

Al principio el pana se mostraba chévere y trataba de pasar por alto los comentarios de sus compañeros, pero la vaina se volvió más intensa cuando lo tomaron como gafo.

Jai papá.

Heeseung empezó a responderles de vuelta con el mismo tonito sarcástico, cruel y coñoelamadre, aparte el bicho mide que si tres metros y podría estar vistiendo una camisita fea pero se le notaba que en sus tierras sí le había echado bola a ese gimnasio agricultor.

Decía uno, capaz era un menjurje de matas que su abuela le había preparao pa' que fuese así de yuca.

Quién sabe.

A Juliette le daba igual todo lo que no fuese con ella, así que cuando escuchaba un par de vainas dirigidas al chino gochito, solo desviaba la atención al teléfono.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora