❝𝑬𝒍 𝒑𝒂𝒑𝒆𝒍𝒐́𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒊𝒎𝒐́𝒏 𝒆𝒏𝒗𝒊𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑱𝒆𝒔𝒖𝒄𝒓𝒊𝒔𝒕𝒐❞
Cuatro días, tres noches, desayuno almuerzo, crucero pa' Curazao...nomentira.
Cuatro días llevaba Jossangel hablando con Jay full, con el rosario en mano rogando porque el saldo no se le acabara de tanto audio que enviaba Jay, el carajito tomó confiancita cuando le soltó un "marico, te voy a hablar claro que me da dolor de culo escribir... ¿te puedo mandar un audio?", y Joss relajao le dijo que taba bien.
Nojoda, un audio más setecientos cincuenta más.
Esas conversaciones que duraban hasta las dos, tres de la mañana, de esas chikilukis que te daba como tristeza finalizar porque ya el sueño testaba llevando.
Jossangel se quedaba loco de la cantidad de temas que salieron a conversación, naguevoná, estaba bien fino ese nuevo pana.
El nuevo pana.
Esa excusa chimba que comenzó a meterse en el coco, cada vez que escuchaba el timbre de un mensaje –cuando no lo tenía en silencio–, sentía que se le iba a volar el corazón por la nariz, siempre buscando responder lo antes posible pa' que pudieran conversar en sus ratos.
El pelinegro motorizao trabajador de pizza mía, no había podido ir en esos días pa' donde Joss porque no le daba chance, así que se mantuvo hablando con él mientras el castaño hacía de depósito con las cosas que habían comprado pal regalo.
En la noche, cuando las conversaciones parecen tornarse más calidá, ese carajito pegao en el teléfono, en la oscurada de su cuarto y pendiente porsia la mai se asomaba por razones desconocidas, fingir estar dormido.
Joss se dio cuenta de un par de cosas en un pequeño lapso de crisis existenciales.
Sentía que el final de las vacaciones lo estaba esperando en la esquinita, aunque faltaba como un mes.
Respiró profundo y comenzó a analizar, todas y cada una de sus ideas, organizando un poco su desorden de pensamientos. Tener en claro lo que quería hacer en ese momento, estaba como arrecho.
La inseguridad crecía al sentir la presión de tener que decidir algo, como lo era escoger alguna carrera que le gustara, en esos momentos donde piensas de todo y de nada.
Joss se estaba comenzando a ahogar en amsiedam. Se levantó de la cama y caminó de un lado al otro, sacudiendo las manos en un intento de buscar su calma.
El sentimiento de asfixie por el vainero rebotando en el coco no era la sensación más bonita, coño 'e su madre.
Se volvió a acostar, jugando con el teléfono entre sus manos mientras fingía mirar al techo en la oscurana, buscando pensar con calma para poder fluir de una mejor manera.
Necesitaba salir un rato de la casa, aunque fuese unos días.
Desbloqueó el teléfono, metiéndose directico pa' mandarle un mensaje a su primer y principal apoyo, su abuelo.
Sabía que el señor ya estaba más que rendido a esa hora, le dejó un mensaje para que lo leyera a las seis de la mañana con su cafecito y la música llanera de fondo.
Vio el chat de Jay, con unos cinco mensajes y seguía diciendo "grabando audio", pero al castaño se le había bloqueado el coco, los ánimos se le habían ido y el sueño ya lo estaba coñaceando.
Se metió, le mandó un "buenas noches", salió de guasa' y apagó el teléfono, mentalizándose en que el abuelo le daría el visto bueno pa' huir de la zona de guerra en la que vivía y para nada le estaba haciendo bien.
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𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔 «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»
Fanfiction𝑼𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒆 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒏𝒆𝒄𝒐𝒇𝒊𝒄𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒓𝒂𝒋𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝑬𝑵𝑯𝑨 𝑷𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒆𝒏 𝑽𝒆𝒏𝒆𝒛𝒖𝒆𝒍𝒂 𝒂 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆́𝒏 𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂, 𝒂𝒔𝒊́ 𝒒𝒖𝒆 ¿𝒑𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́...
