✨ 15. Dejando la peluca

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𝑪𝒐𝒏̃𝒂𝒛𝒐 𝒔𝒊𝒏 𝒂𝒏𝒆𝒔𝒕𝒆𝒔𝒊𝒂

Despertarse para Andreina fue tremendo beta.

Y no porque le costara una bola despegarse del cómodo colchón, no, esa caraja espabiló más rápido que un carajito a la hora de la piñata.

Porque que lo primero que veas al abrir los ojos sea un carajo que te provoca los yeyos sentimentales y el revuelto en el estómago, no fue muy fino para la chama.

Riki José tenía el pelo tapándole la mitad de la frente, la boca entreabierta y pintas que ese se iba a parar al medio día.

Andreina le entró pánico al recordar que la mamá estaba porai en alguna de las habitaciones, que en cualquier momento la doña entraba a ese cuarto a decirle que parara esas nalgas para irse.

La chama se quitó el brazo de Riki de encima, poquito a poco, moviéndose como en fotograma. Logró salirse del agarre flojo del chamo, viéndolo removerse a falta de lo que estaba abrazando, Andreina le dejó la almohada y se paró, agarrando sus vainas para salirse del cuarto.

Las voces de los mayores se escuchaban amortiguadas por el sonido de las ollas en la cocina. Andre bajó con los zapatos en la mano y su teléfono en la otra, mirando pa' todas partes en busca de su mai.

Consiguió a la doña sentada en el mueble de porche, tomando cafecito con la mai de Gaby y otras tías de la chama.

Dio los buenos días como niña educada que era.

―Ah, menos mal que te despertaste, ya tu papá nos viene a buscar ―avisó la mai, pasándole un trago de su café.

La señora Génesis asintió. ―Yo le estaba diciendo que te dejara porque más tarde vamos a llevar a Gaby a Las Ballenas, y como están en grupo ustedes.

Las doñas vieron a Andre, tomándose su cafecito sin haberse cepillao, ni lavado la cara, la chama estaba sentada por obra de nuestro señor de los cielos y su fuerza de voluntad porque el colchón de pana que le había propuesto matrimonio en pleno sueño. Con los pelos espelucados y una cara de querer libertad pa' su alma.

Su mai le medio peinó las greñas. ―Si te quieres quedar...

La chama negó de una. ―No...no porque tengo que hacer una tarea ―excusa buena pues, pero tenía su contra.

La cara de la mai lo dijo todo. ―Bueno Andreina, ¿yo no te dije clarito que terminaras todas las tareas antes de venir? Por eso es que me arrecho, primero están los estudios y después el bochinche pero como que esta generación piensa al revés, ¿velda'?

Las tías de Gaby concordaron mientras que la señora Génesis negó. ―Ay pero qué tanto critican, ¿no fuimos muchachas alguna vez? Es normal que uno quiera salir a echar broma con sus amigos ¿o no?

Andre sonrió, agradecida con la señora Génesis por haber detenido esa quejación masiva sobre la generación que sinceramente ya le tenía el guevo flaco.

La chama se quedó sentada, esperando con nerviosismo a su papá, quería que el señor apareciera rápido. La chamita quería irse a la comodidad y seguridad de su casa, pa' pensar más calmada lo que había acontecido.

Cuando escuchó una puerta abrirse, se le revolvió el café que se había tomado. Solo era la primita de Gaby, saliendo del cuarto en busca de su amá.

Nunca estuvo tan emocionada de ver el carro de su papá estacionándose como ese día, naguevoná, vio el carro con luces doradas y toa verga en ese momento. Se despidió de las señoras y casi que saltó por la ventanilla.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora