🎧 34. Tiramisú de verdades

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𝑳𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒍𝒂𝒃𝒓𝒂𝒔 𝒏𝒐 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂𝒅𝒂𝒔

―Verga Jossangel, pasas un par de días con tu abuelo y ya te crees príncipe.

Y Joss volvió al lugar donde sentía que le consumían hasta el alma de la próxima vida.

Un toquecito en la puerta como por atorrancia vino luego de las palabras de la doña periodo vencido. El chamito Chirinos levantó la cabeza, con los ojos pegaos del sueño, se sentó mientras se rascaba la nuca, procesando lo más rápido posible.

Nacionalidad: un guevón más en Venezuela.

Perfecto.

―Ya voy, ya voy ―murmuró, buscando quitarse la sábana de encima pa' ponerse activo en la pista.

No se acordaba qué coño tenía programado en su agenda de esclavo, por más que lo repasó un par de veces, seguía sin acordarse.

Ahí estaba un bachiller de la república, rascándose el cachete mientras tenía los ojos puestos en la media supuestamente blanca tirada debajo de lo que se suponía ser la cesta de ropa que era media cesta y media arma letal de plástico que en cualquier momento te ibas a clavar en la mano.

― ¿Qué tengo que hacer hoy?

La señora chasqueó la lengua, riéndose suave. ―Es echando broma, chico...aquí está un amigo tuyo, pasa papi.

La señora se echó a un lao, dejando pasar a Jay pal cuarto del castaño que seguía más confundío que un llanero en yunitesteits. Joss aún no captaba la parte, no entendía qué hacía ese carajito en su casa, ni mucho menos entendía el comportamiento de su amá todo marditasea amor y paz.

Taba ahí con la jeta medio abierta, parpadeando un par de veces mientras se quitaba las lagañas y veía como Jay hablaba con la mamá sobre unas vainas ahí del saime. Cuando la señora salió del cuarto, cerrando la puerta, Joss se tapó la jeta en el momento que se tragó el bostezo por culpa de Jongseong Alexander.

― ¿Te pica ese culo? ―murmuró alterado, empujando a Jay pa' un lado.

El carajito se le había lanzado encima, a modo chistosito kike lo iba a aplastar pero solo saltó pal colchón a un lado de Joss, poniéndole las piernas encima a Chirinos.

―Bro, ayer no me respondiste ―le soltó una palmada en el brazo, acomodándose bien en la cama.

Bulde confianzudo cuando agarró la almohada de Jossangel pa' doblarla y recostar la cabeza, con el teléfono en la mano mientras el castaño se estaba tratando de quitar las piernas del chamito pa' bajarse de la cama.

Se convirtió en un forcejeo cuando Jay se negó a quitar las piernas, apresando al chamo porque sí pues, le dio la gana. Un día se levanta con ganas de atropellar gente y al otro de montarle las patas encima.

Bastó con la mousekeherramienta que siempre utilizaba cuando Carlos se ponía intenso.

El índice pinchador de sobaco.

Esas cosquillas de Jay taban era potentes, estiró el brazo de coñazo y el teléfono voló, de paso que le dio sendo codazo al chamo, el teléfono cayó pero bello en el piso, en la parte de la pantalla.

Los dos carajos se quedaron ponchados, viéndose las caras con los ojos pelados y la boca abierta.

―Ay marico ―siseó Joss, en la onda del arrepentimiento.

Jay se estiró pa' alcanzar el teléfono, el silencio estaba latente como en los concursos de televisión, esperando si te ganabas la plata o seguías pelando bola.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora