😾 20. Me delata la mirada

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𝑫𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏̃𝒂𝒛𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒅𝒊𝒇𝒆𝒓𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒓𝒆𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔

Después de esa tremenda estropeada de coco que tuvo Luisi en plena medianoche, la carajita aceptó por fin algo.

Que no tuvo que haber dejado perder la línea movistar.

Que peo...ah, y que le gustaba Luciano.

Que tremendo peo.

La chamita dando vueltas en la cama, de un lao al otro, buscando dormir pero el sentimiento trancado en el pecho no la dejaba. Si fuese otra situación donde no corriera peligro yéndose a la una de la mañana porai a casa de Anoluci, ya le estuviera reventando el teléfono a llamadas pa' que saliera a recibirla.

Porque Luisiana en la noche se sentía más arrecha que todo el mundo, la brisa fresca le daba ánimos hasta de conquistar el universo y ser la nueva presidenta de Venezuela.

Hasta que amanecía y quería era morirse por seguir en Venezuela.

Normal pues.

Pero la ansiedad que le estaba causando no poder reclamarle a Jungwon por estar atacando de esa forma tan descarada.

Ya que Luisiana no era ninguna gafa, sabía que algo tenía que haber porque de lo contrario su panita no la trataría así como la había estado tratando.

Como los celos que tenía de Sebas de repente.

Pero como dice mi amá, pila pa' unas cosas, pajua pa' otras.

El reloj marcaban las dos de la mañana y Luisiana seguía sin poder conciliar el sueño, ya se estaba comenzando a arrechar.

Pero gueno mami, deja esa picazón y acuéstate a dormir, el carajito te viene a buscar mañana igual...bueno, más tarde. MARDITASEA LUISIANA ACUÉSTATE A DORMI' QUE TIENES LICEO.

Intenso.

La chama se lanzó a la cama, murmurando cosas pa' ella, quejándose hasta del porqué de su nombre.

Prendió la pantalla del teléfono, encandilándose un poco, por automático se metió a revisar guasa' antes de verificar que la alarma estuviese puesta bien y no como cuando puso a las seis pero de la tarde.

Se metió al chat de Jungwon, exhalando con nerviosismo, se acomodó bien en la cama, colocando el teléfono alzado frente a su cara, dándole vueltas a los pulgares mientras mordía el costado de su lengua.

Cerró los ojos, soltando otra queja. ―Coño...Jungwon, pana dime las cosas claras y no me emociones así...porque te voy a caer a coñazo.

Ni sentimental dejaba de ser agresiva vieron.

Quedó pensando en la inmortalidad del cangrejo, con la mirada en la foto de perfil que tenía el pajuo de Luciano. Sintió una cosquillita fea en el cuello y ahí dejó de creer hasta en ella misma.

El arrebato loco que tuvo por pensar que era un bicho caminándole relajao en su rutina diaria de ejercicio por el cuello, resultó ser su propio pelo. Pero ya era tarde pa' darse cuenta, el teléfono ya le había chocado en toa la cara.

Siseó de dolor, sobándose la nariz con ganas de llorar porque el coñazo fue fueltecito. Levantó el teléfono, verificando que no haya presionado algo a lo loco.

Así como la llamada por guasa' que estaba haciéndole a Luciano.

La caraja se sentó de una, buscando colgar la cosa pero la llamada se salió y no le aparecía, entrando en tremendo pánico.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora