😾 11. La paciencia se fue de parranda

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𝑴𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊́ 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆́𝒏 𝒍𝒆 𝒑𝒓𝒆𝒈𝒖𝒏𝒕𝒐́

Luisiana entrecerró los ojos, tratando de enfocar a Sebastián, lo localizó cuando el chamito movió la mano pa' que lo viera, Luisi se dirigió a la entrada del centro comercial, guardó su teléfono y sonrió saludando de vuelta.

― ¿Cómo estás? ―Seonwoo le dejó un beso en la mejilla.

―Fino, fino, ¿y tú? ―empezó a caminar a la par del panita, ambos en dirección a las puertas del centro comercial.

―Bueno, escapado de mi casa porque salí del liceo hace rato ―se echó a reír bajito―, pero es por una buena causa.

Luisi alzó las cejas, viéndolo por unos segundos antes de ver al frente. ― ¿Cuál?

―Mi mamá ya va a cumplir años y bueno, me gusta hacerle sus regalitos.

―Ah, sí es una buena causa ―ella miró las tiendas mientras avanzaban―. Me acuerdo que una vez me escapé del liceo con Luciano...estábamos en segundo año, llegamos diciendo mentira kike a Luciano le dio una vaina y que lo llevé al CDI...

―Pero por aquí no hay CDI.

Luisiana se tapó la boca pa' reírse. ―Sí, nos regañaron por eso.

Sebastián negó divertido. ―Ustedes si inventan.

La chama exhaló. ―Si bueno.

Se pusieron a hablar de otras vainas ahí, Luisi dándole ideas al chamito sobre qué hacerle a la mai, recorriendo el Estación Central mientras buscaban los precios de algunas cosas pa' después sentarse en un banquito esperando que Seonwoo sacara cuenta ahí con sus ahorros.

―Bueno, esto era pa' cambiarle la pantalla a mi teléfono porque 'ira ―el chamo le tendió el aparato a Luisi.

La chama siseó mirando la gravedad de la vaina. ―Verga hijo, ¿esta vaina sirve?

Seonwoo se echó a reír, asintiendo. ―Sí pues, menos mal que fue el táctil y no la pantalla como tal, si fuese así ya me hubiese puesto a llorar.

―Bueno...no está tan feíto pues, mientras te sirva ―le regresó el teléfono al chamo.

―Pero le quiero comprar ese vaso de vidrio pa' la licuadora, el de la casa es de plástico y está feo, ya se lo ha dicho a mi papá pero ay no, anda como sordo ―el chamo chasqueó la lengua―. A ella le gusta mucho licuar sus bromas.

―Bueno, le compras el vaso de la licuadora, unos chocolates, lo echas dentro del vaso y le pegas una tarjetica...pero desconectas la licuadora, no vaya a ser que licue esa vaina ahí.

Seonwoo comenzó a reírse con más fuerza haciendo que Luisi pelara los ojos porque nosi, pasando pena.

― ¿Cómo...cómo lo va a licuar? ¿Tas loca?

La chama alzó las manos. ―Bueno, yo a veces me pongo a mover cosas sin querer, prendo vainas y cosas así.

―Pero no voy a encajar el vaso nuevo en la licuadora, ¿tas loca?

―Perdón pues.

―Vamos, ya tengo hambre y mi mamá me dijo que hizo pabellón ―Seonwoo se levantó, estirándose con flojera. Le tendió la mano a Luisi pa' que levantara esas nalgas también.

Fueron pa' la tienda donde habían visto el vaso de la licuadora como que más barato, Seonwoo pagó de una, raspando su tarjeta de ahorros naranja. Compró otros dulces y lo echó dentro del vaso como Luisi le había dicho, la chama llevaba el vaso entre los brazos como el propio bebé.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora