𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔 «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»

💌 48. Merendando flechas

❝ 𝑷𝒂' 𝒒 𝒕𝒆 𝒍𝒂𝒏𝒛𝒂𝒔 𝒔𝒊 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆́𝒔 𝒕𝒆 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 ❞

Sí, era hora de comerse la flecha, pisando la chola.

Heeseung no era ningún pajuo pa' no darse cuenta que Juliette había cambiado bastante...pero un cambio como a medias.

Seguía diciendo vainas cuestionables.

Maracayera en fin.

Pero se podía ver más chévere la dinámica, ya no se rodaban los ojos...bueno sí, pero no con odiosidad...a veces puej.

Juliette le lanzó un coñacito a Heeseung en el pecho, con la jeta abierta, burda de lo ofendida. ― ¡Claro que sí sé hacer café!

Heeseung parecía un nokia vibrando de las carcajadas que se estaba echando por la reacción de la caraja. ― ¿Pero po' qué el coñazo?

La chamita lo agarró de la manga, apuntándolo con la uña de su índice. ―A que te traigo café.

―Si es de cafetera no, no cuenta...es ma', seguro lo hace su amá.

La chama volvió a abrir la jeta más grande, se cruzó de brazos y rodó los ojos pa' luego hacerle mofa al castaño, Heeseung solo se puso una mano en la panza y se volvió a reír más fuerte.

Hay un camino viste.

Juliette Fernanda lo miró de reojo, volviendo a rodar los ojos pa' ver a otro lao.

Sintió una vaina en el cachete y giró rapidito, clavándose el índice de Heeseung Alfonzo en la mejilla, la cara de loca que puso Julie solo hizo que el pana estuviese a punto de mearse por la risa.

Ah no vale.

―Oiga pero por qué pela los ojos así, se le iban a escapa'.

―Pensé que era un bicho, y sí, es un bicho ―lo miró de abajo pa' arriba, se aguantó la risa.

Heeseung recogió su mano pa' dejarlas sobre sus piernas, taban sentados en los banquitos de afuera de dirección, esperando una vaina ahí que tenían que entregarle a Heeseung y como Juliette no tenía na' que hacer mientras veían que le pasó a un profe que no asistió, lo acompañó.

―Pero ¿sí me va a hace' café o no?

―No, por odioso.

―Uish pero mire quién habla...

La secretaria asomó la cabeza pa' llamar al chamito, Heeseung pasó, dejando el pote de agua en el banquito junto a Juliette. La chama lo agarró por el reflejo llamado "pendiente de tu beta que vives en Venezuela".

Tamborileó las uñas en el perol mientras miraba pa' todas partes, se le espelucaron los vellos cuando vio a la persona que no quería ver pero no se lo terminaba de decir.

― ¡Ami! ―Michelle conectó mirada con ella y se acercó, la chamita tenía el teléfono en la mano y una botella de malta en la otra―. ¿Qué haces por aquí?

Juliette se acomodó en el banquito, sonriéndole de manera forzada pero creíble, metiendo la coba. ―Estoy...esperando información de una vaina ahí.

Jesús ojala te quedes hablando con la vieja sobre guarapos medicinales.

No quería decir la verdad pero tampoco quería mentir, las dos cosas le daban miedo, miedo a la reacción de la chamita.

Porque no había más prueba de amistad tóxica como esa.

Y pa' que la entendieran bien en su beta, eso es chisme.