✨ 02. Chispazos soberanos

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𝑬𝒍 𝒌𝒂𝒓𝒎𝒂 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒚 𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒎𝒂𝒓𝒅𝒊𝒕𝒐

En algún momento, alguien se levantará y decidirá que ya no deberías sufrir más con la cédula veneca.

Pero en algún momento, no ahorita.

El cantar melodioso madrugador de una dulce mentada de madre a la gente que jugaba ajedrez encima del tablero de corpoelec, salió por automático de la jeta de Andreina.

La chama no había dormido muy bien que digamos.

Entre los zancudos, el calor y el miedo que se metiera el coco a jalarle las patas, era increíble si pudo dormir. Dos horas y era mucho.

Había un zancudo toyobobo, ese le cantó todas las canciones en la oreja, como que no se quería ir hasta que la conquistara pues.

Andreina como a las dos de la mañana se paró arrecha, dando almohadazos a todas partes con ganas de llorar porque tenía sueño y tenía que pararse a dar la cara por la patria estudiantil.

Nadie la manda a quedarse hasta tarde hablando paja con Valeria.

A Gaby le apagaban el wifi a cierta hora y esa ni datos tenía pa' sobrevivir.

Eran las cinco y media, iniciando su día sin luz, con la linterna del zte y la bulla de las ollas en la cocina, el gato maullándole entre las patas, el papá insultando a la gente del gobierno, la mai mandándolo a callar porque la vecina era de la organización del clap y ella sin bolsa no se iba a quedar.

Una belleza.

―Andre, si te vas a bañar que sea ahorita porque no se llenaron los potes ayer y el agua llega es mañana.

La chama exhaló un "¿ah?" toda perdía en la vida, la mamá le alumbró con el bombillo recargable en la cara, encandilando a la niña.

― ¿Te vas a lavar ese culo o vas a aguantar hasta mañana? ―reformuló la pregunta.

La chama se estiró con caligüeva, asintiendo poco a poco. No quería meterse a bañar pero no iba a ir oliendo feo pal liceo, esa era Valeria que tenía pa' echarse perfume y amortiguar la vaina, pero Andreina tenía el olor del humo que le quedaba después de ir colgada en el estribo del autobús.

Con una vela iluminando el baño que parecía una escena de terror, se metió a bañar, rezando por lo bajo que no le fuese a salir una cucaracha o peor, una araña.

La chamita salió con el paño enrollado en el cuerpo, caminando poco a poco pa' no caerse con las cholas mojadas, la mamá avisó que ya estaba listo el café. Andre se metió en el cuarto, intentando recordar donde había dejado las vainas.

Si salía con un morado en la pierna, la chemí al revés y la misma pantaleta, iba a ser culpa de corpoelec.

Pero la iluminación en la sala la hizo saltar de alegría, había llegao la luz y no se tenía que vestir a oscuras. Prendió el bombillo del cuarto y se sacó el paño.

Es hora de trabajar.

『• • • ✎ • • •』

La castaña se peinó el cabello con caligüeva, bostezando mientras el café se le estaba enfriando enfrente, quería dormir como hasta las cinco de la tarde majomenos.

Que le inyectaran la comida pero que la dejaran dormir.

Esita.

La mamá le pasó el desayuno envuelto en servilletas y dentro de una bolsa zip, Andreina miró a su papá frunciendo el ceño delante del ventilador.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora