💌 50. Licencia de atropello

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𝑹𝒆𝒄𝒊𝒃𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒓𝒆𝒈𝒂𝒍𝒐 𝒆𝒏 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒆𝒂𝒏̃𝒐𝒔 𝒂𝒋𝒆𝒏𝒐

El avanzar en el año escolar estaba lleno de muchas vainas, ya cuando se vino a dar cuenta, le pasaron tres meses por la jeta, por lo menos no faltaba mucho pa' las vacaciones de diciembre y darse un respirito.

Sí, la dinámica de amistad había mejorado, había mejor comunicación y full echadera de broma, los pegostes y tal, ya no se trataban con odiosidad...o bueno, sí.

A Heeseung no le faltaban momentos donde hacer arrechar a la chama, esa era la base fundamental de esa relación.

―Quítate pues ―exclamó la chama, achantada en el piso de su casa, usando la mesita baja como apoyo pa' el trabajo que estaba haciendo.

Heeseung se atravesó más en el televisor.

Y es que ir con su pana a hacer las tareas mientras estaban pegaos viendo una novela de Telemundo no era como que lo más inteligente de su parte.

Pero era chévere.

― ¿Me va a para' bola o tengo que apagar el televisor? ―el chamo batuqueó los brazos, la chama estaba intentando ver la pantalla porque la vaina taba interesante.

―Coño mataron al tío de la caraja, cállate que no escucho... ¿Qué quieres?

―Que tengo que avisarle a mi tía que me voy al trabajo directo, présteme un mensaje.

La chama señaló su teléfono puesto en la mesa del comedor, desespera' para que el carajito se quitara del televisor, chasqueó la lengua echándose pa' atrás cuando justo empezaron las propagandas.

Aprovechó para estirar las piernas y echar un chillido de ladilla masiva, con bostezo y todo.

Agarró su teléfono cuando Heeseung se lo entregó, sentándose a un laito pa' esperar a que le prestara el mensaje.

― ¿Vas a pasar vacaciones aquí? Me imagino pues, te darán que si los días libres de 24 y 31 ―le pasó el teléfono.

El pana negó, quitandose un cuerito de los labios con los dientes mientras escribía el mensaje pa' su tía. ―No porque...me voy a Mérida.

Los ojos de Juliette se le iban a salir, y el cuello se le iba a dislocar por el giro que le dio a su coco, viendo a Heeseung. ― ¿Cómo que te vas?

No recibió respuesta porque Heeseung Alfonzo estaba concentrao en el beta, cuando terminó de mandar el mensaje y regresarle el teléfono, asintió pa' responder.

―Me voy pa' Mérida en las vacaciones pa' pasarla con mi familia.

Ahí Juliette volvió a respirar tranquilamente, poniéndose una mano en el pecho mientras asentía. ―Ah, ok, ok, así sí.

Jesús frunció el ceño, ladeando una sonrisa burlona. ― ¿Qué fue? ¿Se le bajó el azúcar? ―le punzó las costillas con sus índices―. Ay, se asustó, la toche se asustó.

El reflejo boleta de tenerle un odio a las cosquillas la hizo darle tremendo codazo al chamo en toa la barbilla, esa vaina sonó en seco.

―Verga pero si quiere me mata, déjeme le paso el cuchillo más grande ―se sobó la cara, siseando de dolor.

Juliette arrimó su culo pa' otro lado, dejando de pararle bola cuando empezó la novela.

Pero la novela la comenzó a desarrollar en su coco.

― ¿Solo por diciembre? ¿Cuándo te vas? ―soltó así, como quien no quiere la cosa.

―Sí, ej obvio que por diciembre na' más, las clases comienzan que si la segunda semana de enero...me voy el veinte.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora