❝𝑬𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂 𝒕𝒂𝒏 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒇𝒖𝒆 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒚 𝒏𝒐 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒋𝒐❞
Desde que Jossangel entró a vacaciones, lo único chévere que él hacía pa' disfrutar sus días libres era compartir cuentos un rato sentado en la acera, con Carlos y otros panas del catire algunas veces.
Algunas tardes, como a eso de las seis y media, Jay se les unía, con el uniforme de pizza mía porque a esa hora es que salía de su turno, a veces se llegaba con una pizza mediana a compartir mientras hablaban paja.
El castaño hacía todo lo posible por distraerse, esos días de vacaciones, lejos de disfrutar lo que hacía era querer tomarse unos vasos de citronela con cloro, porque la mai estaba cada día con esas pantaletas más apretadas.
Si el carajito se paraba temprano, lo mandaba a dormir, si se paraba tarde, lo regañaba, que si hizo o si no hizo.
'Ta falta de guevo, a lo marginal como lo diría su pana Carlos cuando Bárbara amanecía atravesada e ignorándolos.
Joss de tanto pensar en morirse y renacer en europa, terminó yéndose a toser como tremendo loco cuando una anchoa se le fue por donde no tenía que irse.
Carlos se echó a reír de su pana pensando que lo estaba haciendo por payasada.
O sea, Jossangel rojo casi que morado, tosiendo como el propio enfermo y Carlos riéndose con un pedazo de maíz en el diente.
Al chamito Chirinos se le iba hasta el alma cuando recibió sendo coñazo en la espalda de parte de Jay, el pelinegro del susto había soltado la corteza de pizza que se andaba jartando.
Joss escupió esa vaina al momento, sintiendo como el aire volvía a transitar calidá por su cuerpito. Miró el pedazo de pizza regurgitado que lo había llevado a pocos pasos de una muerte balurda.
Se murió comiendo pizza...
Bueno, no tan balurda, pero no pensaba ser un meme después de muerto, naguevoná.
Agarró aire con desespero, regulando poco a poco la verga de asfixie que sentía, Jay seguía dándole palmadas pero más suaves, sobándole la espalda mientras lo veía con los ojos pelaos.
― ¿No era por joder? ―preguntó Carlos, hablando con la boca llena.
Joss le dio un coñazo en el pecho, viéndolo feo, pero feoooooooooo, así con esas ganas de insultarlo.
―Yo me muero ahogado y tu riéndote, primero me mandas pa' dirección y ahora me ibas a dejar morir ―masculló el castaño, abriendo un poco más las piernas pensando pa' pararse a buscar para limpiar la vaina.
Si la mai salía, lo iba a regañar enfrente de quién fuese, de que lo hacía pasar pena eso estaba más seguro que el socialismo eterno.
El chamito sintió un toquecito en el hombro, volteando a ver a Jay. ―Toma agua pa' que pases la broma.
Jossangel agarró la botella de agua que ya estaba a la mitad. ―Gracias.
―Mala conducta, no te me puedes morir, mano tu eres el que me va a ayudar pa' hacerle el regalo a la chamita.
Y el carajo tosió otra vez, ahogándose con la saliva porque ni el agua había comenzado a tomar, has visto. Jay volvió a darle unas palmadas en la espalda, alzando una ceja.
― ¿Cómo?
―Moco ―el pelinegro rodó los ojos―, te dije que no te mueras.
Joss abrió la botella, echándose un trago rápido de agua pa' devolverle el pote a su dueño. Carlos terminó por arrancarle la botella pa' echarse un trago de agua también.
ESTÁS LEYENDO
𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔 «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»
أدب الهواة𝑼𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒆 𝒅𝒆 𝒗𝒆𝒏𝒆𝒄𝒐𝒇𝒊𝒄𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒓𝒂𝒋𝒊𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝑬𝑵𝑯𝑨 𝑷𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒆𝒏 𝑽𝒆𝒏𝒆𝒛𝒖𝒆𝒍𝒂 𝒂 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆́𝒏 𝒆𝒔 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂, 𝒂𝒔𝒊́ 𝒒𝒖𝒆 ¿𝒑𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́...
