🎧 22. Desinfectante de cereza

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𝑻𝒓𝒂𝒏𝒒𝒖𝒊𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒕𝒂𝒎𝒂𝒏̃𝒐 𝒐𝒓𝒆𝒋𝒂

Qué bonito despertar con el cantar matutino de...

―Un coño de la madre, aquí nadie hace na', todos se van pa' su mierda y después regresan frescos a la casa como si nada, o me colaboran o se me van de esta mierda.

Los gritos de la doña de la casa, lanzando ollas y moviendo las vainas arrastra'. Joss estaba parado en la puerta de su cuarto, espabilando mientras parpadeaba en busca de una manera de bloquear lo malo en su coco.

Iba a terminar viendo todo en blanco pero qué máj.

Vio a su hermano haciéndole señas pa' que él respondiera por las ordenes que mandaba la mai.

Vasié, si ej arrecho.

―Me sacan la basura y me limpian el baño de la sala, se agarran el guevo pa' hacerse la paja pero no pa' apuntar bien pa' donde es ―se volvió a escuchar un estruendo con las ollas, la señora siguió murmurando.

Verga pero ni despertarse tranquilo se puede en esta casa.

Ya le había conseguido la razón a porqué su hermano estaba era esperando que la mai se metiera pa' el cuarto, porque el carajo ya estaba vestido para salir porai.

Y la mierda le caía a Joss.

―Tu sieres arrecho, te toca lavar el baño a ti ―murmuró el chamito, en tono molesto.

El mayor negó con su índice. ―Te toca a ti.

―Mira, mardito, le toca a uste' porque yo lo lavé la semana pasada.

El mayor chasqueó la lengua, batuqueando las manos. ― ¿Quién dice?

Jossangel estaba era canalizando sus chakras pa' no soltarle un coñazo al pana porque eso significaba una pela entre los hermanos y el remate de la mai.

De paso que no podía simplemente decirle a la mamá porque como la doña andaba atravesa', esa iba a empezar con la guevonada de "ahora se pelotean las vainas, no 'ta bien, no hagan una mierda" que terminaba con un chancletazo al primero que encontraba.

Joss era lento vean.

No era fino despertarse y que lo primero que escucharas fueran peos o tus papás hablando de ti como que si fueses el hijo del vecino.

Por eso, Jossangel inhalaba arrechera y exhalaba desinfectante de cereza, pasándole coleto al baño, mamao y sin desayunar.

El mamaguevito de su hermano se había escapado, así quien pagaba los platos rotos era el pobre futuro bachiller de la república, sin saldo en la digitel y una suerte del pato Lucas.

Fuelte vieron, dejemos oraciones pa' Joss.

El chamo estaba resignado, después de todo no podía hacer más na' que aguantarse las vainas, esperando una rosa de Guadalupe al borde de su cama.

Joss entró a su cuarto, sorbiendo la pasta con caraotas recalentadas del día anterior, buscando el control pa' prender el aire y refrescarse porque le sudaba hasta el alma.

El teléfono se encendió con un mensaje.

Miró desde lejitos, sabiendo que se trataba de Digitel diciéndole tipo "no has recargado papi, qué fue". Algo así.

Pero peló los ojos y sintió que el corazón le dio un frenazo cuando vio el mensaje de una recarga.

Dios bendiga a quien me haya recargao.

𝑫𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒚 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒄𝒉𝒆𝒓𝒂𝒔  «𝙴𝙽𝙷𝚈𝙿𝙴𝙽»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora