19° Maldad

1.8K 126 3
                                    

1/2

Arabella

¿Por qué después de una discusión, el sexo es mejor?

¿Por qué después de sentirme pequeñita ante su verdad, me excitó más?

¿Eso es normal?

¡Debo de tener problemas!

Su ronca y sensual voz endulzó mi sistema auditivo con el precioso poema; la forma en que su corazón latía al narrar, era un sonido tan particular que quisiera escuchar siempre. Su mano acariciaba mi espalda desnuda, su respiración ventilaba el sudor de mi frente. Fue un momento tan efusivo lleno de placer como romántico, los espasmos de mi cuerpo fueron apaciguados por su melodiosa voz, fue algo tan... mágico que no logro explicar.

El despacho olía a puro sexo recordándonos lo que acabábamos de hacer, y lo peor, es que queríamos repetir pero cuando estaba volviendo a besar sus delineados labios, la puerta repiqueteó varias veces junto a la voz de Saskia. Tenía muchas ganas de estar con mis pequeños, no los veía desde ayer después de dejar a Erick en el orfanato; sin embargo, el fuego que se extendía por mi zona íntima crecía más y más. Cogí todas las pocas fuerzas que tenía para desprenderme de él.

— ¿Me dejarás así? — preguntó escéptico —. ¿En serio?

— Tenemos a nuestra hija esperando detrás de una puerta. ¿Qué esperas que haga? — me jaló hacia él impidiendo que me levantara, se giró quedando mi espalda en la alfombra y él sobre mí. Besó el valle de mis senos y magreaba uno de ellos, un jadeo hizo acto de presencia al sentir nuestras pieles húmedas deseosas de más.

Su polla se volvió a poner dura sobre mi vientre haciendo que ese botoncito rosa e hinchado tuviera leves descargas eléctricas que enviaba a todos mis sentidos.

— Akem... — gemí retorciendo con mis manos la alfombra —, podemos esperar, la niña está ahí afuera.

— ¿Mami, papi? — preguntó pero esta vez sin tocar la puerta de madera.

Se escuchó la voz de Boris llevándose a la niña lejos, una opresión sentía en mi pecho, el deseo podía aguardar pero al tener a este idiota sobre mí, tocando, besando, restregando su miembro en mi zona "V" causaba que todo desapareciera, que sólo fuéramos él y yo.

Soy una mala madre.

— No eres mala madre, solo dejas que la lujuria tenga poder sobre tí. — contraataco mi subconsciente.

Siempre he sido una mujer que prefiere las consecuencias que quedarme con la duda. ¿Eso estaba mal?

Las preguntas se dispersaron después de sentir mi cuerpo convulsionando por el clímax que había obtenido, ambos somos insaciables. Amo mi profesión, a mi familia, a mis amigos y adoro el sexo, es un complemento fundamental en mi vida; y solo tocarme por cinco malditos años fue una verdadera tortura. ¡Me iba a convertir en la Virgen Arabella!

Si me volviera en un Santo, sería la diosa del sexo....

¿Qué babosadas dices Arabella? Tanta relajación ha hecho que mi cerebro se separe de mi lógica.

Minutos más tarde, subí a la habitación donde tomé una ducha extensa para eliminar el olor a sexo, lavé mi cabello y comencé a cantar mientras me duchaba. Estaba feliz por algún motivo, estaba tan tranquila conmigo misma que lo demás me da igual. Cantaba alegremente "Yo viviré de Celia Cruz" el vapor del agua caliente empaña la puerta desplazable, mi voz resuena junto al agua cayendo encima de mi cabeza, mi pies se mueven al ritmo de mi canto.

INFIERNO +18 [3] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora