33° Es lo que soy.

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Akem

Sabes que todo se te ha salido de las manos cuando ya no tienes nada que hacer para que tu mujer esté feliz y tu estés feliz de que ella lo sea. Estas semanas para Arabella ha sido fuerte, lo sé, aunque ella sabe cómo ocultarlo. El embarazo ya está haciendo efecto, por supuesto no se le nota aun mi hijo creciendo en ella pero los síntomas como el vómito, no la deja ser ella misma. No se parece a la mujer con la que me casé.

Tengo que admitir que yo soy una parte causante de su desgano y cansancio. El doctor de la Bratva es el que me ha estado haciendo las malditas terapias para volver a caminar pero mi mal humor, crece cada vez. ¡No estoy siendo yo! Y mi pequeña e hijos lo saben. Desde lo sucedido atiendo todos mis negocios desde el despacho de mi casa a igual los asuntos que me competen con la organización.

Me sorprende que mi mujer piense que no llevo diez pasos más que ella, tengo que aceptar, que ha hecho increíbles cierre con los alamanes y el nuevo medicamento que saldrá dentro de poco. Lo que me enfurece de todo esto es que ella cree que está actuando a mis espaldas. Ya no más. Antes de conocerla a ella lo único que me importaba era el poder que estaba ejerciendo en Barcelona y el temor que provocaba en Rusia, mi territorio. Lo más cercano a lo sentimental que podría llegar antes, era que tocaran a mi Avvocato, a mi hermano por elección. Boris. Pero todo cambió por la llegada de ese demonio disfrazado de Diosa con piernas largas y sexis.

Las fallas que he tenido como Boss en los últimos años, es dejar que los sentimientos entre en juego cuando debo de portar sin importar que, mi máscara de hielo. Arabella Duarte se ha metido tanto en mi ser que me he cegado con algunas cosas que hago, y no la culpo a ella, jamás lo haría, solo que estoy consciente que no puedo seguir así. Perdimos un hijo, la muerte de su familia y amiga le han pegado fuerte pero los errores son míos.

¿Por qué?

Por permitir que dejen ver cuán débil soy cuando estoy con ella o sin ella. Saben que me importa, que me interesa más de la cuenta. Quizás es muy tarde para darme cuenta de ello, o tal vez siempre lo supe y no lo quise aceptar, hasta ahora. Un nuevo heredero para la Bratva crece en su vientre, necesito estar en su nacimiento, me lo merezco, con los embarazos anteriores no pude tener la dicha de verlos nacer, ya es hora pero eso pasará si dejo en claro las nuevas reglas y los nuevos términos con Arabella. Ella me dará pelea, se sabe, por algo la hice mi esposa pero quiera o no, tendrá que acatar.

Aparte de ser su marido, soy su Boss y tengo que dejarlo claro.

Ver a Boris enfrente de mí ofreciéndome un vaso con Vodka rusa es porque sabe en lo que pienso, siempre he sido transparente con él.

— Habla. — sisea sin titubear.

— Necesito ser el de antes — confieso provocando que sus cejas se alzan con sorpresa —. Hace unos años atrás tuvimos una conversación muy parecida a esta, y recuerdo perfectamente tus palabras «Mientras noten tu debilidad, todo el imperio que has construido, se derrumbará» Y cuanta razón has tenido.

— Akem...

— No Boris, sé lo que vas a decir, ya es muy tarde. Esta es mi decisión, respetala. — asiente no muy convencido — El imperio, es mi familia y me niego a perderlos. Quedarme tiempo a solas en mi despacho condenado a esta silla de ruedas, me ha hecho reflexionar de todas las buenas y malas acciones. Y tú lo sabes. Amo a mi mujer, de eso no hay duda, pero la comunicación no es el fuerte de nuestra relación, actuamos a nuestras espaldas, tenemos secretos y ambos lo sabemos pero nos hacemos los ciegos solo para no discutir. Ya me cansé, tengo que tomar nuevamente las riendas de mi vida y en eso entra Arabella. La libertad que le he obsequiado no se la robaré, pero si la disminuire. Hay muchos rumores sueltos por las organizaciones de todo el mundo, donde el blanco siempre será ella, mi debilidad.

INFIERNO +18 [3] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora