27° Belleza

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POV BIANCA

— Kadir... — gimo —, sabes que me encanta cuando me azotas con el látigo. ¿Por qué has parado? 

— Fuego, eres puro fuego Bianca. — su risa hace que me humedezca más — Tienes que controlar tus deseos, debes ser obediente.

Sus palabras me causan gracia. — Creo que no has entendido quién soy y como soy, turco. Me encanta el sexo rudo, me fascina que las marcas yazcan en mi piel, soy una ninfómana y no me da pena decirlo...

— Bianca...

— ¡Silencio! Que aun no te he dado el permiso de la palabra, me gustas y lo sabes. Amamos la adrenalina, nos excita el peligro y lo prohibido, observar, practicar y compartir con los demás en el sexo es lo que hace que nuestra relación fluya hasta los momentos. — suspiro frustrada ¡Quería más! — Pero eso de ser obediente jamás lo conseguirás de mi, tu ni nadie me controla, no soy unos de tus hombres de la mafia, soy tu igual; espero que te haya quedado claro.

Me levanto de la inmensa cama y me encamino al baño, o eso tenía planeado.

Lo siguiente que siento es mi espalda tocando la fría pared de la habitación con una mano apretando mi cuello. Los ojos azules de Kadir se dilataron de cabreo y deseo a la vez, sonrío excitada, él sabe que me fascina cuando se coloca así, me pone tan... húmeda.

— Tendré que castigarte por esa boquita que tienes. — lame una de mis mejillas — Se quien eres, conozco tus alcances y lo loca que estás, eres una desquiciada, lunática, psicópata, arrogante, testaruda y orgullosa que puedes llegar a ser. No quiero volverte a oír que eres unos de mis hombres de la mafia, porque no es así; siempre te he respetado, aceptado tal cual eres. — aprieta con más fuerza mi cuello — Sería tan fácil asesinarte así y ahora mismo, estás tan vulnerable.

A pesar de que me estoy quedando sin aire, no dejo de sonreir. Me gusta cuando me subestiman porque el sorprender a los demás y dejarlos con la boca abierta, es una satisfacción que me llevo cada día.

Mi mano izquierda baja poco a poco por mi muslo hasta llegar a tocar el mango del pequeño cuchillo que siempre cargo conmigo. Lo agarro y lo sitúo en el pecho de Kadir, su cara es de total asombro pero aun así no me suelta. Con la filosa punta del cuchillo le trazo una equis donde un pequeño flujo de sangre comienza a salir. El afloja el agarre y paso mi lengua por su pecho saboreando su sangre, miro su rostro y tiene la boca entreabierta expulsando gruñidos.

Me levanta en el aire y enrolle mis piernas en su cintura. El arma blanca cae en suelo cuando mis brazos se aferran alrededor de su cuello, se apodera de mi boca produciendo leves espasmos de risa por su barba espesa barba; magrea mis senos a su antojo haciendo que gima sobre sus labios, hace a un lado la tela de mi tanga de encaje y me penetra de una sola estocada. Pego un chillido por lo brusco que fue pero me gusto, se deshace de mi brasier liberando las tetas, mete una a su boca mientras que a la otra le da pequeños pellizcos.

Camina conmigo encima hasta la cama y me lanza a ella.

— Tócate, ahora. — demanda.

Separo mis piernas y me quito lo que estorbaba, mi ropa interior.

Quedo completamente desnuda para él, paso mi mano por mi pecho, luego por mi abdomen hasta llegar a mi vagina. Con mis dedos divido los pliegues vaginales dejando a la vista lo que tanto él desea y otros añoran; mi clítoris está tan inflamado que simplemente con rozarlo una corriente explora toda mi espina dorsal. Kadir coge su polla e inicia a masturbarse de pie sin dejar de ver mi coño, adentro dos dedos a mi núcleo lo que incita a que gima fuertemente, meto y saco a un ritmo que me hace delirar, estoy tan excitada que las contracciones empieza a sacudir mis piernas.

INFIERNO +18 [3] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora