31° Una buena noticia...

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Arabella

Desde anoche Akem ha estado extraño, no debí decirle mi teoría sobre un posible embarazo. Que él me haya dicho que necesitamos tiempo para nosotros, deja claro que no quiere más hijo, y lo entiendo. Nos han pasado tantas cosas que compartir en pareja son muy pocas y tener un bebé sería empezar de nuevo.

Cómo exactamente lo dijo.

Me recuerda esa estúpida voz en mi cabeza.

¿Cuánto estoy segura de un embarazo?

Pues hay una gran posibilidad, nunca nos cuidamos, todos los días follamos pero estaba tranquila porque se supone que no podría ser mamá otra vez.

¿Cuatro hijos?

Si con los tres estoy loca, con otro me llevan a un manicomio.

Pero... ¿Quiero ser mamá otra vez?

Antes, cuando tenía veinte años, pensar que podía formar una familia en un futuro era una total locura. Siempre pensé por mí, por mis estudios, mi trabajo y mi libertad de llegar a casa a la hora que quisiera pero desde el día que me enteré que sería madre de los mellizos entré en negación. ¿Yo mamá? Era algo que me superaba pero gracias a Chiara pude analizar mejor la situación.

Estaba con el hombre que amaba y sigo amando, su sueño era tener un hijo y le dí tres ¿Pero un cuarto?

Eso sí que no estaba en los planes.

Termino de arreglarme y salgo de mi habitación. Iría con los voyevikis a la casa de Vladimir pero según Akem hoy no tiene trabajo, por lo tanto, él me llevara a la propiedad del entrenador a buscar las cosas faltantes del compartir que tendrán los niños luego de la competencia. Como madre responsable elaboré ponquesitos para todos pero Kaem no estará, no quiere compartir con ellos, no lo puedo obligar.

Al llegar al comedor me encuentro con mis hijos, ahijada, compadre y mi cadente e idiota marido. Saludo cordialmente a todos, beso la mejilla de cada uno menos en el Boss que se lo doy en la boca.

— ¿Cómo amanecen niños? — pregunto tomando zumo de naranja.

— Yo estoy preparada para el concurso. — alega Saskia.

— Sé que ganaré mami, he practicado bastante. — secunda Kaem.

Espero respuesta de mi pizza pero no la hay.

— ¿Y tu Mikha? — pregunta su padre.

— Tengo miedo — dice muy honesta —, quizás a mi profesora de música no le guste la melodía que hice. No estoy al nivel.

— ¿Qué no estás al nivel? — decimos Akem y yo al unísono.

— Ayer en la mañana le mostré las partituras y dijo que eso hoy sería un desastre. — gimotea — No me dejó mostrarle como se escuchaba.

— Esa hija de... — respiro hondo y cambio el vocabulario — Esa hija de su queridísima madre está demente corazón, ya quisiera ella tener cinco años y que con una corta edad saber tocar dos instrumentos a la perfección y no solo eso, componer desde tu inspiración.

Akem no dice nada solo come en silencio algo tenso. Cambiamos de tema para cortar el incómodo silencio que se instaló.

— ¿Y tú Lianys, cómo vas en el colegio? — interrogo a mi ahijada.

— Supongo que bien, gané el concurso de matemáticas y deletreo. — se encoge de hombros.

— Tengo una hija genio ¿Pueden creerlo? Al fin la vida me sonríe. — dice con humor pero se que su mundo se apagó desde la muerte de Chiara — Hoy será el de ortografía y... ¿Cuál más mi loquita?

INFIERNO +18 [3] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora