Arabella
Una mujer demacrada sin gracia ni brillo, viste de negro representando no el luto sino la oscuridad por la cual se sumergió totalmente. Esa que tenía una vida feliz y no se había dado cuenta ¿Ahora? Ahora perdió a toda su familia y lo único que le queda es la familia que ella misma construyó por sorpresa.
Sí, esa mujer se mira en el espejo absorta en sus pensamientos, culpandose por la vida en la que adentró a su familia a la mafia sin querer. Ha perdido a cada uno de ellos por la mafia... la mafia fue la ruina de esa mujer.
Esa mujer soy yo.
Me coloco el sombrero negro que cubre parte de mi rostro, no voy a permitir que los demás vean lo rota que estoy.
Deslizo mi anillo de casada por mi dedo anular una y otra vez pensando en los planes que tengo en mente, y que se tienen que resolver ahora mismo. Los brazos de Akem me atrapan por detrás posando sus manos en mi vientre aun plano haciendo diminutos círculos con la yema de sus dedos; sin embargo, no me siento cómoda estando junto a él, ahorita no, por lo que me alejo cautelosa de que no vaya a pensar mal por el rechazo evidente.
Carraspea disgustado dando un paso atrás.
— ¿Estás lista? — asentí — Vamos.
Abre la puerta de la habitación invitándome a salir de ahí. Bajando las escaleras tengo un leve mareo por lo que el Boss me sujeta por la cintura con rudeza, todo me da vueltas y me cuesta respirar, intento tomar bocanadas de aire pero se me es imposible. Él hace el amago de cargarme pero me rehuso, tengo que estar con mi tío hasta el final así como él estuvo conmigo.
— No seas terca Arabella, es mejor que te quedes descansando. No has comido absolutamente nada desde ayer y eso no le hace bien a mi hijo. — refunfuña exasperado — Así que mueve ese hermoso culo que tienes a la habitación mientras yo me encargo del funeral de Valentín.
Ordena cansado de lo mismo.
— ¿Acaso no entiendes? Era el único familiar que me quedaba con vida, no pretendas que no voy a compartir con él la última vez que veré su rostro. — lloriqueo — No me prohibas eso por favor.
El Boss tiene una lucha interna en la que se debate en a quién le debe hacer caso pero al final suelta un minucioso suspiro y me carga para luego bajar las escaleras conmigo. Raúl abre la puerta de la camioneta, me ayuda a deslizarme dentro de esta; Akem cierra mi puerta, da la vuelta e ingresa por el otro lado de la camioneta absorto en la pantalla de su móvil.
En todo lo que va de camino ninguno dice ni media palabra, su teléfono inicia a sonar y contesta inmediatamente alterado.
— ¡No me importa una mierda Jerome, resuélvelo! — mis sentidos se pusieron en alerta por su manera tan aterradora de vociferar — Haz lo que tengas que hacer pero lo quiero con vida, a mí nadie me traiciona y se los daré a saber.
Cuelga.
Disimulo de que no me importa lo que acaba de pasar pero por dentro me muero de curiosidad. El Boss no dice nada y mi humor se pone peor, pronto me enteraré.
— Raúl — llamó Akem al Vor quien estaba de copiloto en la camioneta —. Quédate con mi mujer en todo momento, yo tengo cosas que resolver. — ahora me mira a mí — Si todo se soluciona rápido te acompañaré.
— ¿Qué ocurre? ¿Qué me ocultas? — frunzo el ceño.
— Cosas del negocio, luego hablamos de ello.
La camioneta se detiene en la entrada de la lujosa funeraria, Raúl se baja y me abre la puerta pero yo solo tengo mis iris azules puestas en Akem en espera de una respuesta.
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INFIERNO +18 [3] ✓ [Borrador]
Storie d'amoreInfierno: Tercer libro de la Trilogía "Entre el fuego y el infierno" Arabella era un mar en calma hasta que conoció la fuerte tormenta de Akem. Cinco años han pasado desde la terrible despedida de Akem, desde esa dolorosa carta de amor. Cinco infern...