28° Akem Ivanov

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Narrador Omnisciente

El estruendo se escuchó hasta el pasillo causando que los antonegras que resguardaban la zona entraran a la habitación con sus armas entre las manos. Bianca no se inmuto ante sus presencias, en cambio, se agacho y le revisó el pulso a su hermana. Como era de esperarse, esta viva pero inconsciente esparciendo sangre en la alfombra, con ayuda de los soldados de la mafia italiana la levantaron y la recostaron en la cama, uno de ellos se iba a comunicar con el Capo pero fue amenazado por la nombrada Sombra.

— Dices algo y están muertos tú y tus hijos — advirtió —. No me retes.

— Sí señora.

Ambos antonegras salieron de la recamara aturdidos entre contarle lo sucedido a su jefe o quedarse callado para evitar tener a Bianca como enemiga, pero eligieron la mejor opción, quedarse callados.

Ella busco el botiquín de primeros auxilios e inicio a curar la pequeña herida que no era necesario una intervención médica para colocar puntos. Minutos más tarde, culminó su tarea, mandó a limpiar el suelo teñido de líquido rojo y se quedó observando embelesada la hermosa cara durmiente del pequeño Ybag, se encaminó hacia él acariciando con la yema de sus dedos sus cachetes regordetes. El niño se removió en su cuna un poco incómodo abriendo sus hermosos ojos claros; una sonrisa de oreja a oreja relucio Bianca, su deseo reprimido de ser madre incrementaba mas y mas.

Ver el crecimiento de sus tres sobrinos por cinco años hizo que una gran parte de ella anhelara tener a su propio hijo entre sus brazos, por ello, se apegó a Saskia, Kaem y Mikhaila protegiendolos hasta con su vida.

Ella también se siente culpable por lo ocurrido con Kaem, no lo cuido lo suficiente. Por tal motivo, prefirió salir a dar la cara y hacerle la vida imposible a su hermano mayor, Fabrizio.

Con sumo cuidado cargo a Ybag y lo situó en su pecho acariciando su pequeña y delicada cabecita, su corazón se arrugó cuando el busco la comida y se pegó más a ella. En su interior un nuevo sentimiento se agrandó al ver a ese hermoso niño que buscó y encontró calor entre sus brazos. Unas cuantas lágrimas se deslizaron por sus mejillas humedeciendo su rostro, sentirse tan incompleta cuando tiene todo es algo que su pequeño corazón no comprende; volvió a colocar al niño en su cuna para despejar esos pensamientos y sentimientos que estaban reapareciendo nuevamente. Su móvil la sacó de sus pensamientos con el timbre de una llamada, cogió el celular en sus manos y en la pantalla yacía el nombre de Akem Ivanov, solicitando hacer una videollamada.

Secó su rostro y respondió con una gran sonrisa:

— Akem Ivanov, muy tarde para estar llamando, eres un hombre casado. — bromeó ella sacándole un resoplido al Boss.

— Si fueses comediante te murieras de hambre Bianca — respondió obstinado —. ¿Dónde está mi mujer? No confio en ti, capaz y quieras terminar de envenenarle el cerebro con tus embustes.

— Es bueno que no confies en mi, asi siempre te dejaré con intrigas. — sonrió — Ahora está durmiendo por un diminuto percance...

— Quiero hablar con ella, quiero ver si está bien, no me interesan tus excusas.

Sombra se encoge de hombros. — Vale, como desees.

Ella gira la dirección de la cámara hacia una Arabella profundamente dormida. La impotencia del Boss aumentó cuando la vio un tanto demacrada, labios tornados de blanco y su preciosa cabellera corta. Tumbo todo lo que se encontraba en el escritorio de su despacho totalmente cabreado, las maldiciones en ruso cada vez iban en crecimiento. El ruido de los objetos cayendo al suelo fue tan fuerte que el llanto de Ybag no tardó en aparecer.

INFIERNO +18 [3] ✓ [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora