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- PETRIFICADA -
La mala suerte volvió a Harry, ya que no mucho después Justin Finch-Fletchey junto a Sir Cadogan fueron petrificados y cuando los encontraron Harry estaba junto a ellos. La desgracia de Harry también condenó a Stephanie, todos creían que ambos eran los causantes de dichos ataques.
Antes de que las vacaciones de Navidad comenzarán, parecía que a los gemelos Weasley les divertía la situación en la que estaban los hermanos Potter.
- Abran paso a los herederos de Slytherin, aquí llegan los brujos malvados de veras...
- No es asunto de risa. - Percy les decía con frialdad.
- Quítate del camino, Percy. - Decía Fred. - Stephanie y Harry tienen prisa.
- Si, va a la Cámara de los Secretos a tomar el té con su colmilludo sirviente.
Cassiopeia rodó los ojos mientras empujaba a Fred y sacaba a Stephanie de ahí. Leila, Emma y Cassiopeia estaban seguras que los Potter no tenian nada que ver con los ataques pero parecía que nadie más, a excepción de los Weasley, creían eso.
Las vacaciones por fin comenzaron, y Lyra había comenzado a dormir en la habitación de las Gryffindor para no dormir sola en su habitación en la torre de Ravenclaw. El día en que todos marcharon las chicas juntaron las cuatro camas y así lograron que todas durmieran cómodamente.
Las chicas despertaron la mañana de navidad y todas abrieron sus regalos juntas, para después bajar a el gran comedor mientras las cinco chicas portaban su nuevo jersey Weasley, el cual ahora la señora Weasley había diseñado cada uno.
El banquete fue espectacular, cantaron villancicos y disfrutaron la deliciosa comida, mientras el gran comedor tenía una decoración acordé a la fecha.
Cuando salieron del banquete, decidieron ir a la oficina de Cassandra para entregarle el regalo que le tenían.
- ¡Feliz navidad!. - Leila entro sin tocar encontrándose al profesor Snape ahí. - Profesor Snape, ¿que tal?.
- Muy bien, señoritas. - Snape miro a cada una, hasta que sus ojos se detuvieron en Lyra. - Yo me retiro.
El profesor Snape salió y Cassandra no tardó en abrazar a todas las chicas.
- Cada día crecen más. - Cassandra decía.
- Solo Cassiopeia, nos supera a todas por mucho. - Emma dijo, y era cierto, mientras Stephanie, Leila y Emma median entre 1,45m, Cassiopeia ya casi alcanzaba el metro con cincuenta y cinco centímetros.
