CAPITULO XXXI

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- ¿PADRES PROFUGOS? -

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- ¿PADRES PROFUGOS? -

La mañana de Navidad había llegado y las tres chicas junto a Lyra habrían sus obsequios de ese año.

- Me sorprende la cantidad de regalos. - Leila dijo mientras sacaba un collar con un dije de un león.

- ¿Quién lo envío? - Pregunto Lyra.

- Malfoy, en la nota dice que nos odia pero los encontró en descuento. - Las cuatro chicas rieron, sabían que era una total mentira.

- ¿Saben porque Harry está actuando extraño con nosotras? - Pregunto Cassiopeia señalando a ella y a Lyra.

Stephanie y Leila negaron.

- He notado que anda extraño y todo fue desde la última visita a Hogsmeade. - Stephanie dijo. - Podríamos preguntarle hoy.

Las chicas asintieron hasta que Cassiopeia tomo el último envoltorio que parecía ser muy obvio.

- Que extraño, mi escoba aun está perfecta. - La chica comenzó a abrirla y cuando tomo la escoba una nota cayó.

C y A

-

¿Quienes son C y A? - Pregunto Cassiopeia.

Lyra y Leila no sabían, pero Stephanie se encontraba con una escoba en su mano, una saeta de fuego.

Fue cuando Cassiopeia se dio cuenta que en sus manos tenía la escoba más veloz y la más reciente en el mercado.

- ¡Por las barbas de Merlin! - Exclamó la Black mayor.

- Vamos a el banquete y luego averiguamos quienes nos enviaron esto. - Stephanie dijo y las cuatro chicas salieron de la habitación mientras se dirigían a el gran comedor.

Cuando llegaron se encontraban ahí los profesores Dumbledore, Mcgonagall, Snape, Sprout y Flitwick. Las chicas tomaron asiento y no mucho después llegó el trío de oro.

- ¡Felices fiestas! - Dijo Dumbledore. - Cómo somos tan pocos, me pareció absurdo utilizar las mesas de las casas. ¡Siéntense!

Dumbledore le pasó a Snape un cohete y después que lo utilizo a regañadientes se permitieron comenzar a comer.

La mayoría de las personas se servían comida en sus platos cuando la puerta del gran comedor fue abierta y por ella entro Sybill Trelawney.

- ¡Sybill que sorpresa tan agradable! - Dijo Dumbledore y cuando se iba a levantar un cubierto de Cassiopeia cayó al suelo y la chica se levantó a juntarlo.

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