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— GUARDIAS DE AZKABAN —
El tren iba con dirección hacia el norte y las cuatro chicas apenas buscaban un compartimiento. Y no les quedó de otra que entrar donde se encontraba el trío.
— Todo lo demás está lleno. — Dijo Stephanie mientras Ron la ayudaba con su baúl.
— ¿Quién es?. — preguntó Leila cuando vio al hombre dormido.
— El profesor R.J. Lupin. — Respondió Hermione.
— El padre de Elle. — Emma dijo y Harry asintió.
— Se fue de aquí hace poco.
A la hora de acomodarse no batallaron. Emma se sentó junto a Harry y el profesor Lupin, mientras Leila tomo asiento a lado de Ron. Stephanie y Cassiopeia decidieron quedarse en el suelo.
— Le conté a los chicos lo que nos dijo el señor Weasley. — Harry le dijo a su hermana.
— Cierto... — Stephanie comenzó a contar para sus amigas sobre eso.
— Deberían tener cuidado. — Les dijo Emma preocupada.
— Como si no les hubiera dicho eso antes. — Hermione soltó y Emma dirigió su mirada hacia ella.
— ¿Que dijiste?.
— Que yo ya se lo había dicho, genio. — Hermione le respondió.
— No está de más recordárselo. — Emma seguía viendo a la hija de muggles.
— Te vez tan estúpida haciéndolo...
— No tan estúpida como tú. — Hermione sintió su rostro arder.
— Por lo menos yo descubrí que es lo que albergaba la cámara de los secretos. — Hermione sonrió pensando que había ganado.
— ¿Crees que yo no lo hice? Lo descubrí a principios de año, justo el día que fui petrificada. — Emma sonrió al ver el rostro de Hermione. — ¿Tu cuando? ¿Casi a finales del ciclo?. — Hermione no respondio. — Eso supuse.
Ron tosió con incomodidad y saco el tema de Hogsmeade.
— Nosotros no tenemos el permiso, tío Vernon no lo firmo. — Harry dijo.
— No se preocupen, tampoco me lo firmaron a mi. — Cassiopeia dijo mientras se quedaba dormida.
