CAPITULO XXVII

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— BLACK-MONCIER —

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BLACK-MONCIER

El día de Halloween había llegado y las cuatro chicas bajaron a desayunar esa mañana, tenían planeado merodear por el castillo para tratar de descubrir más pasadizos o probablemente algunos túneles.

Antes de que todos partieran a Hogsmeade, Fred y George les dijeron que debían darles algo.

— ¿Porque tanto misterio? . — Stephanie les dijo mientras se encontraban en los jardines del colegio que se encontraban vacíos.

Los gemelos se vieron.

— Hemos decidido que ya ha estado en nuestras manos el tiempo suficiente y ya es momento en que otros magos revoltosos y dignos de el lo tuvieran... — George comenzó a decir mientras sacaba un pergamino que las chicas reconocieron cómo el mapa del Merodeador.

— Es suyo, ustedes...

— Nosotros lo encontramos y nos ha servido mucho. — Fred veía con los ojos brillantes al mapa. — Pero es hora que ahora ustedes lo utilicen.

Fred tomo el mapa y extendió la mano ofreciendoselo a Cassiopeia. La chica Black lo tomo y miro a sus amigas.

— Hagan sentir orgullosos a los señores Lunático...

— Colagusano...

— Canuto...

— Y Cornamenta.

Nisiquiera tenían una hora con el mapa cuando ya habían hecho que Filch cayera en dos bromas de las chicas.

En ese momento se encontraban corriendo mientras huían de el celador y su gata, estaban seguras que ya lo habían perdido. Sin dejar de correr doblaron el un pasillo y sin querer chocaron contra alguien haciendo que los cinco se impactará en el suelo.

Escucharon la risa del profesor Lupin.

— ¿No podían fijarse?.

— Disculpa, Harry. Filch venía siguiéndonos. — Leila dijo mientras se levantaba junto con las chicas.

Lupin los veía con diversión y después señaló su despacho.

— Estaba invitando a Harry a ver un Grindylow, justo acaba de llegar. — Lupin les dijo y las chicas asintieron, así que entraron.

Emma se acercó maravillada a el depósito de agua donde había una criatura verde y con pequeños cuernos afilados.

— Un demonio de agua. — Emma decía mientras miraba a la criatura que hacía muecas y doblaba sus largos y delgados dedos.

Estaban tomando el té cuando Harry comenzó a hacer preguntas.

— ¿Por qué la profesora Stivienson no dejo que me enfrentará al boggart?. — Preguntó el chico y Lupin miro fugazmente a Emma.

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