Las Merodeadoras

CAPITULO L

—MALDICIONES IMPERDONABLES—

El jueves llegó, y los días anteriores no habían tenido ninguna novedad. Leila, Stephanie y Cassiopeia trataban de notar cualquiera señal de alguna falla de Harry en su relación con Emma.

No quería. que el anduviera jugando con los sentimientos de Emma.

Ese día tenian su primera clase con Moody y aunque los gemelos Weasley ya les habían contado que sus clases son geniales ellas no esperaban eso.

Sería realmente aterrador.

Ya estaban en el aula solo esperando que el viejo Moody apareciera, comenzaron a escuchar el ruido sordo de los pasos de Moody y no tardó en aparecer.

— Ya pueden guardar los libros — Gruño mientras se dirigía hacia la mesa y se sentaba. — No los necesitaran para nada.

Ojoloco Moody saco una lista y comenzó a pronunciar los nombres, recorriendo la lista con su ojo normal mientras el ojo mágico giraba para fijarse en cada estudiante conforme respondía a su nombre.

— Bien. he recibido cartel profesor lupin a propósito de esta clase Parece que ya son bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas han estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kapoas y los hombres lobo, ¿no es eso?

Todos asintieron.

— Pero están atrasados, muy atrasados, en lo que se refiere enfrentarse a maldiciones — Prosiguio — Así que venido para prepararlos contra lo que unos magos pueden hacerles a otros. Dispongo de un año para enseñarlos a tratar con las mal...

— ¿Por qué no se va a quedar más? — Dejo escapar Ron.

— Supongo que tú eres hijo de Arthur Weasley, ¿no? — Dijo Moody — Hace unos días tu padre me saco de un buen aprieto... Si, solo me quedaré este año. Es un favor que le hago a Dumbledore, un curso y me vuelvo a mi retiro.

Las merodeadoras se voltearon a ver.

— Así que... vamos a ello. Maldiciones. Varían mucho en forma y en gravedad según el Ministerio de Magia, yo debería enseñarles las contra maldiciones y dejarlo en eso. No tendrían que aprender cómo son las maldiciones prohibidas hasta que estén en sexto. Se supone que está entonces no sean lo bastante mayores para tratar el tema. Pero el profesor Dumbledore tiene mejor opinión de ustedes y piensa que pueden resistirlo, y yo creo que cuanto antes se para que se enfrentan, mejor. ¿Cómo pueden defenderse de algo que no han visto nunca? Un mago que está apunto de echarles una maldición prohibida no va avisarles antes. No es probable que se comporte de forma caballerosa. Tienen que estar preparados. Y tienen que estar alerta y vigilante. Y usted, señorita Brown tiene que guardar eso cuando yo estoy hablando.

Todos voltearon hacia Lavender que se había puesto colorada y volvieron su vista hacia Moody.

— Así que... ¿alguno de ustedes sabe cuáles son las maldiciones más castigadas por la ley mágica?

Varias manos se levantaron, entre esas las de Emma, Hermione y Ron. Moody señaló a Ron.

— Eh... — Dijo Ron titubeando — Mi padre me ha hablado de una... Se llama maldición imperius, o algo parecido.

— Así es — Aprobó Moody — Tu padre la conoce muy bien. En otro tiempo la maldición imperius le dio al ministerio muchos problemas.

Moody saco de la mesa un tarro de cristal y dentro correteaban tres arañas grandes y negras.

Moody saco una araña del tarro y la puso sobre la palma de su mano, para que todos pudieran ver.

Luego apunto hacia ella la varita y Murmuro: