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— SEIS CAMPEONES —
— Ha llegado el momento — Anuncio Dumbledore — El Torneo de los Tres Magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre, solo para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no lo conocen, permítanme que les presente al señor Bartemius Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional — Se escucharon el eco de los aplausos. — Y al señor Ludo Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos.
Hubo una prolongación de los aplausos hacia Ludo más que la de Bartemius.
— Los señores Bagman y Crouch han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los Tres Magos, y estarían conmigo, con el profesor Karkarov y con Madame Máxime en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.
Dumbledore sonrió.
— Señor Filch, si tiene usted la bondad de traer el cofre...
Filch se acercó a Dumbledore con una gran caja de madera con joyas incrustadas.
— Los señores Crouch y Bagman han examinado ya las instrucciones para las pruebas que los campeones tendrán que afrontar — Decía Dumbledore mientras Filch colocaba el cofre en la mesa con cuidado — y han dispuesto todos los preparativos necesarios para ellas.
» Habrá tres pruebas, espaciadas en el año escolar, que medirán a los campeones en muchos aspectos diferentes: sus habilidades mágicas, su osadía, sus dotes de deducción y, por supuesto, su capacidad para sortear el peligro.
Stephanie pensaba que era estúpido que todos se emocionaran por una competencia donde vas directamente a la muerte.
— Cómo todos saben, en el Torneo compiten tres campeones — continuo Dumbledore — uno por cada colegio participante. Se puntuara la perfección con la que lleven a cabo cada una de las pruebas, y el campeón que después de las tres pruebas haya obtenido la puntuación más alta se alzará con la copa de los tres magos. Los campeones serán elegidos por un juez imparcial: el cáliz de fuego.
El cofre se abrió después de que Dumbledore golpeará la tapa tres veces con su varita, de ahí saco un cáliz que llamo demasiado la atención porque estaba lleno hasta el borde de llamas de color blanco azulado.
— Todo el que quiera proponerse deberá escribir su nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino, con la letra bien clara, y hecharlo al cáliz. — Explico Dumbledore — Los aspirantes a campeones tienen veinticuatro horas para hacerlo. Mañana, festividad de Halloween, por la noche, el cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos para representar su colegio. Esta misma noche el cáliz quedará expuesto en el vestíbulo, accesible a todos aquellos que quieren competir.
