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— C A R T A S —
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30 de octubre de 1990, Valle de Godric
Era la mañana del día tres y una niña de cabello negro y unos resplandecientes ojos azules ya corría escaleras abajo mientras sus abuelos sonreían al escuchar sus pasos.
– Mi pequeña Cassiopeia. – su abuela la envolvió con sus brazos cuando la niña entro en la cocina. – Feliz cumpleaños.
Su abuela comenzó a llenarla de besos mientras la pequeña comenzaba a reír.
– Todos los cumpleaños son especiales, pero ¿sabes porque este es aún más?. – Ahora fue el turno de su abuelo de tomarla en brazos.
– Hoy debería llegar mi carta de Hogwarts. – Exclamó Cassiopeia.
Un poco más tarde ya se encontraba toda la familia desayunando, Cassiopeia le lanzó una uva a Lyra que se estaba quedando dormida sobre su desayuno.
– Despierta, Ly.
Cassiopeia río cuando su prima alzó la cabeza sin entender y Edrik trataba de ocultar su sonrisa detrás de su taza de café.
La puerta principal fue abierta y por ella entraron Keira y Regulus Black, los padres de Lyra.
– ¡Tío Reg!. – Cassiopeia se levantó y corrió hacia su tío el cual la alzó mientras la felicitaba una y otra vez para después ser abrazada por Keira.
Se sentaron para desayunar pero el aleteo de unas lechuzas hizo que la niña corriera hacia la ventana más cercana y observó que una lechuza marrón con manchas de color blanco se acercaba con una carta en su pico.
Cuando llegó a la ventana ella tomo la carta y dejo una galleta para el animal y corrió hacia el comedor.
– ¿Quieren que la lea?. – Preguntó Cassiopeia mientras les enseñaba el sobre.
