CAPITULO XXIX

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— ¿LUPIN? —

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— ¿LUPIN? —

Después de que Harry saliera de enfermería no había sucedido nada interesante. El profesor Lupin regreso a dar sus clases y Snape cómo normalmente, volvió a ser el profesor de pociones.

Los días pasaban y cuando menos lo pensaron ya faltaban solo dos semanas para que el trimestre terminará. Los campos se cubrieron de un manto de color blanco y la temperatura bajo, cómo Cassandra iba a quedarse en Hogwarts las chicas igual lo harían, al igual que Lyra y Elle.

— Pasaremos por el pasillo de la oficina de el profesor Lupin y después doblamos a la derecha — Stephanie decía mientras señalaba el camino por el mapa y las chicas asentían.

Era la mañana del día de la salida a Hogsmeade y ella tenían planeadas unas cuantas travesuras. Así que como normalmente bajaron a desayunar y se dirigieron hacia el lugar mientras seguían el camino que Stephanie había indicado.

— Ahi están mi madre y el profesor Lupin.. — Emma señaló el mapa y claramente se veían a ambos afuera de la oficina del profesor.

— Pasamos como si fuera cualquier cosa. — Leila dijo y continuaron su camino.

Todo iba bien hasta que mientras más se acercaban a la oficina de Lupin unos gritos se hacían más entendibles.

— ¡NO ES JUSTO QUE ME HAYAS OCULTADO ESO!

Era la voz de Lupin, las cuatro chicas se miraron y se acercaron sin hacer ruido.

Grave error.

— ¿QUE QUERIAS QUE HICIERA? — Cassandra le gritó igual. — ACABABAS DE DEJARME Y NO TE IMPORTO LO QUE SENTIA.

— Era lo mejor para ambos y...

— ¿Lo mejor para ambos o lo mejor para ti? — Las chicas estaban totalmente sorprendidas, no se imaginaban que ambos profesores hayan tenido algún romance en el pasado.

— Para ambos, Cassandra. No podía... no me hubiera permitido que vivieras  siendo juzgada por ser la mujer de un...

— No lo digas, Remus. — Se escuchó que Cassandra bufó. — Ella no lo sabe y...

— Emma es mi hija. — Emma sintió que la sangre abandono su cuerpo. — Es correcto que lo sepa de una vez por todas.

Emma no lo pensó, simplemente salió de su escondite y ambos profesores se voltearon hacia ella con preocupación en sus rostros.

— Hija...

— ¿Pensabas decirme o acaso viviría en la ignorancia mientras mi padre era mi profesor de DCAO? — Emma solo miraba a Cassandra.

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