CAPITULO LVI

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— INVITACION Y PAREJAS INESPERADAS —

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— INVITACION Y PAREJAS INESPERADAS —

— ¡Definitivamente estás cosas no hibernan, Hagrid! — Exclamó Emma y sintió como Harry la tomo fuertemente de la muñeca. Emma trato de no hacer una mueca y lo logro.

Después, fue un completo desastre que hasta los Slytherin se refugiaron en la cabaña de Hagrid.

— Yo me voy — Dijo Cassiopeia al ver a Rita Skeeter acercarse y junto a Leila y Stephanie se metieron a la cabaña de Hagrid con los Slytherin.

Guardaron ahí hasta que la reportera se fue y las chicas salieron para reunirse con Emma que hacía una mueca mientras se veía la muñeca. Cuando noto que sus amigas se acercaban dejó caer la manga de su túnica y las vio.

— ¿Que quería aquella? — Preguntó Leila.

— Hagrid le va a conceder una entrevista y bueno... sospecho que algo malo saldrá de eso.

••••

Días después se encontraban las chicas en clase de Transformaciones, pero se la pasaron la mitad de la hora platicando porque habían sido las primeras en lograr transformar gallinas de Guinea en conejillos de indias.

— Opino que pintemos una pared de Hogwarts — Dijo Emma y sus amigas comenzaron a quejarse.

— Todas son demasiado largar y...

— Tengo que decirles algo a todos ustedes — Les dijo Mcgonagall.

Todos voltearon a ver hacia la profesora.

— Se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los Tres magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile solo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven...

Lavender dejo escapar una risita estridente y Parvati le dio un codazo.

— Será obligatoria la túnica de gala — prosiguio la profesora Mcgonagall — El baile tendrá lugar en el gran comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche. Ahora bien el baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos echemos una cana al aire.

Lavender ahora se rió más fuerte, sin poder evitar evitarlo. Leila le terminó lanzando su mochila para que guardara silencio.

— Gracias, señorita Harrison — Dijo Mcgonagall y Lavender la vio indignada. — Pero eso no quiere decir que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Me disgustare muy seriamente si algún alumno de Gryffindor deja en mal lugar al colegio.

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