CAPITULO XXXV

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— LOS PRÓFUGOS EN LA TORRE —

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— LOS PRÓFUGOS EN LA TORRE —

Los gemelos se desaparecieron durante horas y cuando regresaron traían con ellos demasiada comida y muchas botellas de cerveza de mantequilla, también lograron colar una botella de whisky de fuego que Leila rápidamente escondió antes de que algun prefecto o Percy, el premio anual, la confiscara.

Los mismos Weasley se encargaron de poner el ambiente y las cuatro chicas no se tardaron en seguirlos, a excepción de Emma que se quedó a un lado de Harry y Hermione. No mucho después Ron dijo demasiado alto algo que hizo que las lágrimas se deslicen en el rostro de la chica Granger.

— ¡Oh, pobre Scabbers! A él le encantaba comer moscas con azúcar — Esa simple oración logro romper a la chica lo que hizo que su botella de cerveza de mantequilla la tomara Emma y así, Hermione abandono la sala común subiendo a su habitación.

— Ron sigue alterado — Dijo Harry mientras miraba a Emma y tomaba la botella de Hermione.

Emma asintió.

— Entiendo.

Por otro lado, en medio de la sala común donde se había hecho una pista de baile improvisada estaban los gemelos y las tres chicas junto a más alumnos de Gryffindor dónde en vez de bailar parecía que estaban convulsionando por los brincos sin control.

Una canción de una banda muggle sonaba y los hijos de muggles se permitían cantarla cómodamente mientras observaban la rara manera que se divertían los de familia de magos.

Leila y George fueron por la botella de whisky de fuego y se encontraban dando shots a la gente mientras se cuidaban de Percy, porque los prefectos ya habían bebido de ella pero sabían que el Weasley no lo toleraría.

— Está algo fuerte — Leila le decía a Stephanie cuando George le daba en la boca y la pelirroja hacia una mueca antes de pasárselo.

— Lo está — Stephanie dijo mientras se limpiaba alrededor de la boca y George se acercaba a Cassiopeia consiguiendo que Fred también lo haga.

— Toma un poco, Black mayor — George dijo mientras le enseñaba la botella a la chica y ella parecía dudar.

— No lo sé... — Miro a George y luego a Fred — Solo poquito.

George, cómo lo había dicho la chica, solo le dio poco y aún así el líquido le quemó la garganta consiguiendo que hiciera una mueca.

— Son tan pequeñas — Dijo George mientras Cassiopeia lo veía ofendida.

— Apenas eres mayor que yo por un año — Ella le dijo.

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