Como no creí que a nadie le importara, pasé y me serví un trago, no esperaba que Matt llegara, no después de ver toda esta atmósfera tan lujuriosa. Sin embargo, por extraño que pareciera, no me apetecía ser parte de esta orgía. Aunque eso no impedía que viera y disfrutara de las escenas.
Miré una pareja al fondo del lugar; eran dos mujeres, ambas se besaban con pasión desenfrenada, la de cabello liso descendió por el cuerpo de la chica de cabello corto, llegó hasta sus pechos y los lamió con furor.
—Todo esto es muy excitante —susurró Matt en mi espalda. Apoyé mis manos en la barra sintiendo como todo el vello de mi cuerpo se erizaba por el sonido de su voz. Matt tomó mi cabello, lo alzó y depositó un suave beso en mi nuca. Luego agregó en voz baja—. Sin embargo, no dejó de preguntarme. ¿Por qué siempre te encuentro en lugares así?
—Me gusta el sexo —repliqué sin soltar la barra.
—¿Y por qué no estás allá? —indagó en tono sensual.
—Hoy prefiero ser espectadora —contesté dándome la vuelta. Alcé mi rostro para poder verlo bien y mis labios quedaron muy cerca de los suyos.
—Podemos ser espectadores juntos —propuso él sonriendo.
—Sírvete un trago, mientras yo te reservo un puesto en el mejor lugar de la barra —manifesté rozando sus labios.
Matt tomó mi rostro y lo giró con delicadeza.
—Eso es lo más excitante que he visto —me indicó.
Me fijé en lo que él decía y tuve que cerrar los ojos un par de segundos controlando mi deseo.
Observé con excitación como una mujer era doblemente penetrada, por un hombre y... ¡Vaya una mujer! La chica que tenía un arnés estaba sobre una silla, mientras la mujer cabalgaba sobre ella y claro el hombre estaba detrás arremetiendo su culo sin piedad. La dama gritaba y hasta yo podía sentir el placer que emanaba de ella.
—¿Sabías que las mujeres cuando ven pornografía disfrutan viendo a la mujer y no al hombre? —Negué con la cabeza—. Ellas imaginan el placer que siente la mujer al ser follada y se corren.
—Mira por allá —señalé.
Eran 3 hombres teniendo sexo entre sí. El moreno de cabello corto, penetraba al chico de piel bronceada y cabello claro, mientras este último mamaba el pene de otro chico de piel oscura. Contemplé la escena con genuina curiosidad.
—No me van los chicos, pero no negaré que es excitante verlos —confesó Matt.
Me di la vuelta y quedé de frente a él nuevamente.
—Eso no lo sabía, gracias por compartirlo.
—Yo no sé nada de ti, aparte de que te llamas Vanessa —declaró.
—Estudio psicología, troto en las mañanas, aunque dejé de hacerlo por mucho tiempo —le resumí.
—¿Y los chicos que vinieron contigo... Son tus novios? —indagó.
—No, por el momento no estoy abierta a relaciones románticas. Ellos son mis sex-amigos.
—¿Qué se necesita para ser un sex-amigo tuyo?
—Lo principal tener un buen tamaño, entusiasmo a la hora de follar y lo más importante, que no se enamore. Ahora, déjame seguir viendo.
Me giré y busqué a mis chicos con la mirada, no fue difícil pues a su alrededor había una orgía.
Luciano, penetraba a una mujer que estaba sobre otro chico, ambos tenían los penes de otros chicos en sus bocas, que a su vez eran penetrados, uno por una mujer con un arnés y el otro por un hombre jodidamente sexy, pero la mujer era embestida por otra dama y esa dama por un hombre musculoso y al final de esa infinita cadena de penetraciones estaba mi Carlos follando la boca de mi Luciano.
Mi respiración se volvió irregular y me quedé mirando a mis chicos.
—Creo que es buen momento para unirse —sugirió Matt.
Lo miré y él me sonrió.
Tomé su mano y lo guié a mis chicos.
Llegué a Carlos y lo besé con deseo.
—Pensé que no vendrías nunca —susurró en mi boca.
—Esperaba el momento oportuno —repliqué de vuelta. Giré mi cara y vi a una chica que le sobraba un arnés, le sonreí y le pregunté—. ¿Lo puedo usar?
—¿Con quién? —indagó ella sonriendo.
—¿Luciano? —le pregunté.
—Será un privilegio —contestó mirándome con deseo.
La mujer me ayudó a ponerme el arnés, realmente era fácil, era como ponerse una panty, pero solo las ligas.
Coloqué un preservativo en el pene de goma que tenía puesto, escupí mi mano y las pasé por el trasero de Luciano, este bajó el ritmo de sus penetraciones mientras me acomodaba en su trasero. Cerré los ojos y respiré profundamente; empujé un poco, luego otro hasta que estuve por completo dentro del cuerpo de Luciano.
Él se giró un poco y me miró asintiendo. Comencé a moverme lentamente, me di cuenta de que cada arremetida mía, hacía que Luciano se moviera y a su vez la chica debajo de él gimiera. Busqué a Matt con la mirada y al localizarlo abrí mi boca en una invitación silenciosa.
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Revelaciones Íntimas
ChickLitVanessa es una joven estudiante del internado católico más prestigioso del país. Sus ausentes padres la enviaron a ese instituto con el deseo de mantener alejada a su hermosa hija de los pecados del mundo. Sin embargo, su hija, estaba lejos de ser l...