—Eso no es solo por tus padres. ¿Verdad?
—No, hace un tiempo hubo alguien que me rompió el corazón, mientras otra me destrozaba el alma —comenté.
—¿Me cuentas? —pidió Matt.
—Hubo un hombre que me gustaba mucho, hice de todo para llamar su atención y al final lo logré. Fue con el primero que me atreví a experimentar. Un buen día, se me ocurrió unirlo junto a mi mejor amiga para hacer un trío, pero todo salió mal y ellos se alejaron de mí. Estaba confundida y claramente herida.
—¿No son Carlos y Luciano? —indagó él.
—No, Carlos es un gran amigo, lo irónico de eso es que lo conocí a través del hombre que me rompió el corazón.
—¿Amabas a ese hombre?
Me quedé en silencio pensando. A estas alturas de mi vida seguía sin saber que era el amor, sin embargo, no creía que lo que sintiera por Julian pudiera etiquetarse como amor, quizás era una fuerte atracción.
—No, por lo menos no lo creo.
Matt suspiró y me abrazó. No entendía por qué lo estaba haciendo, pero tampoco deseaba apartarlo.
—¿Crees que en algún momento él y tú...?
—No, mi historia con Julian terminó hace mucho tiempo y debo admitir que estuve un tiempo sin querer ver a nadie, estaba lastimada y deseaba pasar tiempo a solas.
—¿Te has enamorado alguna vez?
—No. ¿Y tú?
—Sí.
—¿Me vas a contar la historia?
—No, mejor veamos la siguiente película.
—Aburrido, yo te conté mi historia.
—Es que la mía todavía no ha llegado a su final —reveló él y me detuve a verlo.
—¿Estás enamorado actualmente? —pregunté asombrada—. ¡Dios mío! ¿Qué haces aquí? Ve con esa chica que te gusta —lo animé.
—Es que no has entendido que estoy justo en el lugar en el que quiero estar —declaró él mirándome a los ojos.
—No entiendo a los hombres —dije entrando a mi habitación.
Matt se reunió a los pocos minutos conmigo, pero apenas entró al cuarto, me tomó del cuello y me besó con fuerza. Metí las manos debajo de su suéter y acaricié con fuerza su abdomen lleno de deliciosos chocolaticos.
—No es necesario que me entiendas, con que me sientas tengo suficiente —murmuró sujetando mi calzón y haciéndolo añicos con sus poderosas manos.
Procedió a alzarme del suelo, enseguida rodeé su cadera con mis piernas y en pocos segundos sentí mi espalda chocar con alguna pared. Matt besaba mi cuello, mientras se ubicaba en mi entrada.
—Preservativo —logré susurrar.
—Tomé uno antes de subir —reveló con una sonrisa.
—¿Me ibas a follar bajo las estrellas? —indagué divertida.
—Voy a follarte en todos lados —sentenció él mordiendo mi labio inferior.
Iba a responder, cuando lo sentí deslizarse en mi interior. Abrí la boca y me perdí en sus ojos cafés.
Él comenzó a embestirme con fuerza, yo no podía hacer más nada que gemir, jadear y gruñir. Mis manos se aferraban a sus anchos hombros y su boca tomaba posesión de la mía.
—No creo que pueda durar mucho —admití sobre sus labios.
—Yo tampoco, además, quiero llevarte a un lugar —murmuró él de vuelta.
Sabía que él era consciente de que yo estaba a punto de estallar. Así que Matt aumentó el ritmo de sus arremetidas.
Él despegó sus labios de los míos y unió nuestras frentes y con nuestras miradas conectadas llegamos juntos al orgasmo arrollador.
Gemí con fuerza, mientras él gruñía y apretaba sus dientes.
Matt despegó un poco su cuerpo del mío y pasó las manos por mi rostro quitándome los cabellos que tenía pegados en la frente. Él me miraba como si deseara decirme algo importante y lo observé expectante.
—¿Nos damos un baño? —propuso y yo asentí.
Sin bajarme al suelo nos fuimos al baño.
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Una hora después estaba parada en el lumbral de mi casa, en calzones y con el suéter feo de navidad. Matt estaba montado en su moto llevando lo mismo, un bóxer y el suéter.
—¿En serio vamos a salir en calzones? —indagué riendo.
—Será divertido —afirmó él regalándome una de esas sonrisas que al parecer solo reservaba para mí.
—Será una locura —convine acercándome a él. Lo observé y sugerí—. Hazte a un lado que manejaré yo.
—¿Sabes conducir motos?
—No, pero no creo que sea muy difícil.
—No lo es, sube iremos a un lugar donde puedes aprender a manejarla —aseguró Matt. Tomó el casco y me lo puso en la cabeza, lo ajustó y bajó la visera.
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Revelaciones Íntimas
ChickLitVanessa es una joven estudiante del internado católico más prestigioso del país. Sus ausentes padres la enviaron a ese instituto con el deseo de mantener alejada a su hermosa hija de los pecados del mundo. Sin embargo, su hija, estaba lejos de ser l...