57- Egoísta

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—Tenía pensado hacerlo —afirmó oliendo mi cuello.

—No lo pienses, usarlo.

—Que bien hueles —susurró él/ella.

Me giré para quedar frente a él/ella, cuando lo vi ponerse el preservativo, volví a la posición anterior.

Él/ella, me bajó la braga y las pantys hasta las rodillas, llevó una de sus grandes manos a mi vagina y estimuló mi punto de placer.

—Estás mojada —murmuró en mi oído.

—Tú lo has dicho, estoy necesitada, ahora más acción y menos charla.

Sentí su miembro deslizarse dentro de mí, ahora entendía por qué todavía no había realizado su cambio completo de sexo, puse el culo en pompa para sentir todo el grosor y la longitud de mi inesperado amigo/a, apoyé mis manos a la pared, dejando que me llevaran a la gloria.

Gemí de manera escandalosa cuando el placer del momento llegó a su fin, él/ella, también lo hizo y pegó sus pechos a mi espalda para recuperar el aliento.

Fue un encuentro rápido, salvaje y extraño.

Al terminar nos arreglamos en silencio, miré como se acomodaba su paquete dentro de lo que parecía una panty faja, luego se bajó la falda.

—Por cierto, soy Bethan, Beth para los amigos —dijo él/ella estrechando mi mano.

—Soy Vanessa.

—Vanessa... Es un nombre como de una dominatrix. ¿Lo eres? —indagó Beth.

—No, todavía, pero no me cierro a la posibilidad de probarlo —admití serena terminando de arreglarme el cabello.

—¿Qué harás mañana en la noche?

—Después de esto, posiblemente estaré con un psicólogo.

Él/ella solo me miró, por un segundo pensé que me fui de bocaza, pero Beth se comenzó a reír a carcajadas, el alivio corrió por mi cuerpo.

Imaginé cómo sería estar con Beth, Carlos y Luciano, sería una locura total, sacudí mi cabeza, poniendo ese pensamiento en la caja de sugerencias.

En definitiva, sí me hacía falta un Psicólogo.

Beth se calmó y de la falda se sacó una tarjeta y me la dio.

—Toma, mañana tengo un show, si quieres experimentar como dominatrix, yo te puedo ayudar con eso. —Me guiñó un ojo y abrió la puerta—. Por cierto, si encuentras ese loquero me avisas.

Esta vez fue mi turno de reír, enseguida decidí que esta chica/o, me agradaba.

Al salir del baño fui a la pista de baile con mejor humor, en definitiva tener sexo ayuda, divisé a mis amigas bailando y besándose.

Saqué mi teléfono y escribí un mensaje en el grupo de WhatsApp que teníamos.

"Nenas encontré con quién irme, nos vemos luego. PD: Gracias por todo"

Por suerte no era tan tarde, caminé por la avenida esperando un taxi, pero no pasaba ni un auto, entré a una farmacia a comprar un agua. Luego vi unas cremas para el cuerpo, agarré una cesta y metí dos, luego unas cajas de condones, pasé por el lado de las golosinas, tome unas gomitas, unas papas y una gaseosa, revisé tener todo y caminé a la caja, pero para cortar camino me metí por un pasillo, sin embargo, mi mala suerte era tal que choqué con un hombre.

—¡Mierda! —exclamé molesta cuando todo lo de mi cesta se cayó al suelo, me agaché para recogerlo, el hombre muy amable se agachó para ayudarme.

—Toma. —Me tendió la caja de condones.

—Gracias —contesté fría, pero al alzar la vista, ¡Qué buena suerte!

—Hola, Vanessa —me saludó él muy amable.

—Hola, Matt. —Me quedé de rodillas viéndolo, algo asombrada por la casualidad.

—¿Preparando una fiesta? —preguntó Matt poniéndose de pie.

—No, solo son por precaución.

Caminamos hasta la caja juntos, yo pagué mis cosas y él las suyas.

—Me gustan las chicas que son precavidas —manifestó acompañándome a tomar un taxi.

—A mí me gustan los hombres tatuados —afirmé coqueta.

—¿Si te llamo para invitarte a salir me vas a contestar o solo me vas a ignorar? —indagó él sin dejar de observarme.

Bajé mi rostro avergonzada.

—Lo siento, necesitaba tomarme un tiempo para mí —declaré sonriéndole—, pero si me llamas contestaré.

—Nos veremos pronto, entonces —aseguró guiñándome un ojo.

Paré un taxi, subí y me despedí con la mano de Matt, esperaba verlo pronto, llegué a mi casa con mejor ánimo del que me había ido.

Saqué mi teléfono y mandé un texto a Beth.

"Soy, Vanessa. ¿Cuándo puedo ser dominatrix?"

"Mañana, te mando la dirección y la hora donde debes estar"

Y así lo hizo, me acosté pensando que mañana sumaría una nueva experiencia a mi currículo sexual.

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