Capítulo 29 • Una palabra

37 10 7
                                    

Eran las cuatro de la tarde, Olaf estaba recostado en mis piernas mientras miraba como el sol se ocultaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eran las cuatro de la tarde, Olaf estaba recostado en mis piernas mientras miraba como el sol se ocultaba.

¿Estaba muy lejos el sol? Pues sí, estaba a millones de kilómetros y por lo que sabía nos alejabamos más.

¿Así se sentía Dios con las personas? A pesar de ya estar lejos, con los días se alejaba más... Era un sentimiento triste

Suspiré y Olaf se removió en mis piernas. Como si supiera que estaba teniendo pensamientos tristes, acaricié su suave pelaje y él ladró alegre

—Es demasiado raro Olaf —tire mi cabeza hacia atrás, ya cansada de tantos pensamientos, mientras un largo suspiro se quitaba de mi cuerpo con mis ojos cerrados

—Holi —pude observar a Mat a centímetros de mi cara cuando abrí los ojos, su rostro tenía una sonrisa la cual demostraba que andaba de buen humor o quizás ocultaba algo.

—Eres lindo —pensé o tal vez no, ya que vi a Mat sonrojarse, lo mismo ocurrió conmigo—. Quiero decir... Nunca me había detenido a admirar tus facciones, pues creo que no eres feo ni lindo, solo normal. Aunque aún sigo sin entender a todas esas chicas que te coquetean... Ellas no tienen cerebro —tuve un vómito verbal. Rebbeca Di'Angelo arruinando el ambiente.

Mi mano resbaló y me caí de espalda contra la tierra. Dolió, esas cosas las ocasionaban los nervios—. ¿Estás bien? —pregunto Mat observandome, inmediatamente mi rostro se sonrojo aún más. Mi corazón estaba acelerado, moví la cara de un lado hacia otro y me contuve para golpearme a mi misma, pues eso me haría ver más ridícula

—S-sí, no es nada. Solo dolió un poco, pero ya paso  —había tartamudeado. Todo en mi cuerpo se encontraba descompuesto. Nada quería funcionar de manera correcta y Mat río a carcajadas

—Estas más torpe de lo normal —hablo entre risas y le golpeé un hombro de manera suave

—Y tu cada día más tonto —rode los ojos exasperada

—No lo sé, me has dicho que soy lindo y con eso —se acercó a mi cara rompiendo las reglas del espacio personal—, soy feliz —y se fue con Olaf a jugar, suspiré cuando mi cuerpo se calmo. Me acosté sobre el césped mirando las nubes en el cielo—. Eres muy cursi, lo sabes ¿verdad? —pregunto él y rodé los ojos ignorandolo— ¡Hey! No ignores a tu mejor amigo, es de mala educación

—Ya, estás siendo irritable —vuelvo a sentarme y él me sonríe abiertamente, pero de repente quita todo rastro de diversión y se pone completamente serio

—Ya, estás siendo irritable —vuelvo a sentarme y él me sonríe abiertamente, pero de repente quita todo rastro de diversión y se pone completamente serio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Valle de la Felicidad. [EUMCEE 2]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora