Hay veces que la vida te sorprende, yo solo quería seguir en mi zona de confort. Mi vida era una completa tormenta, hasta que la conocí a ella y me mostró lo que era la calma.
-Las mariposas siempre están en el valle de la felicidad -habló Rebbeca y...
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—Hola —saludo papá desde la entrada indicando que fuera hacia allí, Valerie y Harry me acompañaban, ellos saludaron a papá con la mano y yo baje del auto despidiéndome, avisando que enviaría un mensaje cuando terminara la cena.
—Hola —saludé cuando llegue a su lado, había un chico que sobrepasaba su altura.
—Hijo, él es Iker —señalo el chico a su lado, Iker era de tez morena, su cabello oscuro y pequeños rizos que lograban formarse, sus ojos eran de color marrones, era bastante alto, a simple vista podría decir que tenía mi altura. Estrechamos nuestras manos y asentimos a modo de saludo. A los segundos por la puerta salió una mujer de cabello rubio ondulado, tenía tez pálida y los ojos color miel, cuando llego al lado de mi padre, pude notar que era un poco más baja que él. Ella estaba vestida con un vestido floreado que le llegaba a los pies. Se había colocado un delantal a cuadros y se sacudió las manos en el, luego se acerco a mi y me saludo con un beso en la mejilla.
—¡Tu debes ser Mateo! —su voz era un poco chillona, por lo que cuando hablo cerré un poco mis ojos—. Ay, disculpa mi vestimenta, creí que iba a terminar antes de que llegaras, perdón no me presenté. Soy Samantha —dijo ella con una gran sonrisa.
—Un gusto Samantha —le dije devolviendo la sonrisa y procesando todo lo que me había dicho.
—Ay, no. Dime Sam, por favor —yo asentí, aunque obviamente no lo haría. Cuando me di cuenta una niña rubia de ojos marrones oscuros me observaba, con el ceño fruncido, papá tenía razón, era muy similar a Celeste, trate de no mirarla demasiado, ya que, quizá se sentía intimidada—. Sky, saluda —dijo Samantha a la niña y ella se escondió detrás de papá.
—Esta bien —dije sonriendo.
—Entremos —habló papá e ingresamos en la casa, esta era simple; me atrevía a decir como cualquier casa promedio de Migholky. Por dentro había cuadros en las paredes con fotografías donde estaban ellos cuatro, se lograba ver a Skyler que era apenas una bebé. Mientras repasaba las fotografías logre ver una que captó totalmente mi atención, éramos nosotros, Celeste abrazaba a su muñeca mientras sostenía mi mano y la de papá. Aquella foto había sido tomada antes de que el cáncer apareciera en nuestras vidas. Una sonrisa se escapo de mis labios, comprendiendo que aún a pesar de todo, él nos tenía presentes. Continúe mi camino y lograba ver como Skyler me miraba detrás de su hermano mayor, ella aún fruncía su ceño extrañada con mi presencia.
Me coloqué de cuquillas para estar a su altura, pero ella solo se escondió aún más detrás de Iker—. Tranquilo, es así cuando no conoce a la persona —dijo él, suponía que ya acostumbrado a la situación, al terminar de decir eso ella corrió hacía una de las puertas, me volví a poner de pie e Iker me sonrió de lado, quizás intentando darme consuelo. Le devolví la sonrisa y Sky regreso con un peluche de pony al cual abrazaba fuertemente, lo extendió hacía su hermano y cuando esté lo tomo nuevamente se escondió detrás de él. Iker la miro extrañado—. ¿Qué? —le preguntó él y ella me señalo—. Aaaah, es que es su peluche nuevo, supongo quiere que lo veas.
—Que bonito —dije mirando el pony rosado con orejas y cola amarilla—, ¿Le haz puesto un nombre? —pregunté y ella susurró algo que no entendí.
—Brillo —repitió Iker
—Ay, que bonito nombre —le sonreí a Sky, que ahora se encontraba un poco más cerca, Iker me pasó el pequeño peluche y yo se lo alcance. Ella se acerco con cuidado y lo tomo rápidamente para irse nuevamente de donde lo había traído.
—Es así todo el tiempo, quizás en unos minutos te muestre otro peluche, pero vamos a la cocina que Min-Jun nos espera —asentí y nos dijimos al lugar, allí se encontraba Samantha con mi padre riéndose de algo que había dicho Sam, no quise detenerme a pensar mucho, ya que no era momento de sentirme con aquel extraño sentimiento de no saber que sentir.
—Mat, no sabíamos que te podía llegar a gustar así que cocinamos algunas cosas que creí que te gustarían —papá tenía una gran sonrisa, se le veía bien.
—Tranqui, no soy muy quisquilloso con las comidas —dije y al instante me di cuenta que había hablado como Lauti, si me oyera me diría que consiga mi acento, jerga y nacionalidad propia. Tanto tiempo con ellos había afectado bastante mi modo de hablar.
—¿Tranqui? —pregunto Iker su cara se volvió hacia a mi de manera interrogativa—. Lo he escuchado antes en ese tono —llevo la mano a su barbilla, parecía aquel emoji que siempre usaba Samara para parecer interesante.
—Perdón, es que llevo tiempo viviendo con extranjeros y a veces copias sin darte cuenta las palabras.
—Me encanta la cultura de diferentes países, ¿de dónde son ellos? —su curiosidad era genuina y los ojos le brillaban.
—Mmm, Valerie y Brandon nacieron en Migholky, pero adoptaron a tres chicos que en su momento tenían creo que ocho años cada uno, los tres con diferentes nacionalidades. Ryan es de Rusia, Lautaro de Argentina y Tahiel es de India, pero el único que estuvo más tiempo en su país fue Lautaro, ya que los demás fueron dejados en el orfanato de muy pequeños. Tahiel no sabe su idioma materno al igual que Ryan, pero este ultimo tiene su acento marcado así que es un poco dificultoso comprenderlo. Y Lauti tiene su acento muy marcado, tanto que habla con el sho como los argentinos, es divertido escucharlo, nunca te aburres y siempre aprendes una nueva palabra.
—Se nota que los aprecias —dijo papá y yo asentí.
—Son la familia que elegí —le sonreí, esta vez sin intentar herirlo como cuando él se fue, lo único que le grite es que quería tener otro padre. Supongo que fue mi manera de demostrar el dolor, siempre quería que llegará algo mejor, un padre que no se fuera, una madre que no se embriague constantemente y una hermana que se encuentre sana. Aunque realmente los quería a ellos, siempre los extrañaba.
—Cuéntame más, por favor —me dijo Iker, este me miraba como si estuviera mostrándole el universo a través de lo que decía, supongo que él realmente amaba las diferentes culturas.
La tarde termino, había podido intercambiar pocas palabras con Skyler, pero nuestra charla transcurrió entre risas, me contaron historias de su vida, yo les conté de mi vida, así nos conocimos y acercamos un poco más. Papá ya no era el mismo, ambos habíamos cambiado.
Y comprendí algo que hacía tiempo me lo decía a mi mismo intentando convencerme... Todo iba a estar bien.
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Holaaa, volví. Cumplí 21.
No actualizaba desde octubre... creo.
Acá les dejo lo que iba a decir realmente la parte de Mat cuando conoce a Samantha, pero dije: no, pero no les voy a hacer perder la oportunidad de leer esto.
—¡Tu debes ser Mateo! —su voz era un poco chillona, por lo que cuando hablo cerré un poco mis ojos, no tanto, aunque seguro nadie lo noto porque mi configuración ya era con los ojos entrecerrados.
Me hizo acordar a cuando los tres pubertos (según Samara), le explicaron a Rebbe que Mat era asiático.
Por otra parte, ¡estoy viva!
Nuevamente desaparezco por meses, nos vemos en el próximo capítulo... Dentro de 84 años, goodbye.
PS: Feliz año nuevo.
PS2: Casi me olvido, el de la foto al inicio es Iker, ahora aprendí a usar la IA.