Capítulo 30 • Hermoso Cielo

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El tiempo transcurría lento para Mateo, su lejanía de un continente estaba presente en su mente todo el tiempo

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El tiempo transcurría lento para Mateo, su lejanía de un continente estaba presente en su mente todo el tiempo. Lo bueno era que Corea Del Sur y Corea Del Norte habían firmado el tratado de paz, aunque eso no quitaba el hecho de que debían cumplir con el deber de ir al ejército.

Había momentos en los que ambos tenían conversaciones de horas, Rebbeca le contaba a Mat como iba avanzando lo que sentía por Nathan y Mat escuchaba atentamente, quizá pensando que sería lindo que algún día hablara así de él.

—Espera, entonces... ¿Por qué dijo eso? —pregunto Mat de un lado del teléfono

—Mira, estábamos Samara y yo hablando, entonces él vino y pregunto por ti. Le dije que pues estabas allá, lo curioso es que la semana pasada también le dije que estabas en el ejército y todo eso. El caso es que me preguntó si quería ir a tomar algo e ir de paseo —grito Rebbeca emocionada mientras se sonrojaba

—Apuesto que estás sonrojada —dijo con certeza a su mejor amiga y ella bufo

—A veces no me gusta que me conozcas tanto, ya conoces hasta las reacciones que tengo cuando no me ves —hablo con un puchero, como si fuera una niña pequeña

—Pues ya no puedes retroceder, soy tu mejor amigo. Te conozco mejor que nadie —respondió con orgullo el mayor y Rebbe sonrió

—Te extraño mucho —susurro un pensamiento en voz alta, Mat se sonrojo. Los sentimientos de él por Rebbeca crecían cada día un poco más, a veces tenía miedo de lo que podía pasar

—Yo igual —susurro Mat de igual manera que la chica del otro lado del teléfono—. ¿Qué haz hecho en estos días?

—Pues lo normal, algunos en la iglesia te extrañan, los tres nacionalidades también, de hecho se quejan de que siempre que te llaman da ocupado así que no pueden hablar contigo por mi culpa —dijo burlona

—Los he llamado, pero ellos ya se quejan de todo, así vienen de fabrica...

—Lauti siempre está con su: "sha decile a Mateo que me shame, no tengo todo el día para él." —ambos rieron, su pasatiempo favorito de era hablar con el acento de Lautaro, pues era algo que les fascinaba

—Ya he aprendido a seguirle el ritmo, más cuando me lanza miles de palabras argentinas como: banca, para un cachito, no flashes, mal (que significa bien o que está de acuerdo, eso es súper raro), y muchas más que suele usar. —Mat hablo tan rápido que apenas fue posible seguirle el ritmo

—Para, me perdí en palabras argentinas... —la risa del surcoreano inundo todo la habitación donde se encontraba

—Aun no aprendo palabras de mi país natal, pero ya se hablar como Argentino —se quito las lágrimas a causa de las carcajadas y miro la pared color blanca donde colgaba su uniforme

—¿Cómo te está yendo? —pregunto Rebbe y él bufo

—Pueeees, diría que bien. Aún sigo vivo —bromeo, pero la chica simplemente se quedó en silencio

—No es gracioso, Hwang —hablo sería Rebbeca—. Por cierto la foto esa que me mandaste con el arma y la boina te ves como un modelo, me reí mucho de ella con los chicos —cambio completamente el tema y Mat se quejo

—Me debes una foto con los chicos, manda saludos a Efra y Kat, también a Samy y Olaf. Ya debo irme, adiós. Te quiero Rebbe

—Yo también, cuídate —y la llamada se corto ni bien termino de pronunciar la última palabra. Rebbe quedó observando su celular, lo extrañaba demasiado. Había veces las cuales no podían hablar por semanas. Los primeros días se sentía ansiosa esperando una señal de que estaba bien, pues al llegar lo inspeccionaron y quitaron todo objeto de comunicación. Esta prohibido, pero se podía utilizar dependiendo el comportamiento. Así que cuando Mat conseguía una oportunidad para una llamada hablaba con Rebbeca.

Por el lado de Mateo fue difícil adaptarse a un lugar desconocido sin recordar mucho su idioma natal. Había cosas las cuales debía intentar comunicarse en inglés con lo que le habia enseñado Rebbeca y su familia.

Todo se sentía desconocido, pero de alguna manera familiar.

El capitán de su campamento apareció frente a Mateo y él inmediatamente se puso en posición saludando como le habían enseñado estos dos meses que habían transcurrido

—Es hora de dormir, soldado Hwang

—Sí, ya estaba por ir a descansar señor —hablo Mat en español. El capitán Lee era un soldado con muchos años de experiencia que había viajado a miles de lugares, sabía varios idiomas, así que podían comunicarse tranquilamente con Mateo debido a que hablaba español y francés.

—¿Qué te he dicho? Habla en inglés —lo regaño como un pequeño el capitán. El señor Lee era un hombre mayor, ya estaba llegando a sus cincuenta años de edad, cuando vio a Mat le recordó a su hijo. Ambos habían tenido conversaciones profundas, los dos sabían la historia del otro, por lo tanto se tenían un aprecio diferente. Quizás era como Rebbeca decía: "Tal vez Dios lo puso allí para que puedas sentirte cómodo. Dios siempre utiliza a las personas; no existen las casualidades con Él, solo existen causalidades"

—Lo siento, capitán —dijo Mat en inglés mal pronunciado

—Debes esforzarte muchacho, tú quieres regresar a donde vives y poder ir hacia Estados Unidos, esa chica no siempre estará a tu lado. Las personas se cansan de traducir —Mat bufo de manera que el señor Lee río—. Eres todo un caso, Mateo Hwang

—Por cierto, señor Lee... —el recién nombrado lo miro esperando que continúe hablando—. Se acerca ese día, ¿verdad?

—Sí, creo que es en cinco días. Odio las guerras, pero es nuestro trabajo. Esto no es una guerra como las reales, simplemente debemos ayudar a los refugiados, observarás un poco de la vida difícil de los soldados —Mat asintió, aunque estaba un poco inquieto, la situación lo incomodaba. En esos lugares se observaban muchas cosas las cuales eran aterradoras, a pesar de haber visto alguna que otra serie era muy diferente verlo frente a tus ojos.

||• • • • • ♪ • • • • •||

Al llegar al lugar Mat observó alrededor atentamente, lo que antes era una ciudad ahora se resumía en escombros. Había mujeres y niños por todos lados. Los gritos, llantos y miedos abundaban el ambiente del lugar. Miedo a la muerte, lo encontró muchas veces a ese.

Una cabellera pelirroja llamo su atención, su instinto dirigieron sus pasos y termino a su lado. Una niña, tal vez tenía siete años, sus largas pestañas se alzaron en dirección a Mateo dejando al descubierto unos hipnotizantes ojos verdes claros. Mat le sonrió como si fuera algo que se espera durante mucho tiempo y con voz suave le pregunto a la niña por su nombre

—Haneul —susurro con un sonrisa

|| • Flashback • ||

—¡Papá! ¡Papá! —comenzó a gritar Celeste mientras perseguía a su padre el cual no le había respondido su pregunta

—¿Qué sucede mi cielo? —el hombre ya con dulzura se agachó a la altura de su hija y ella sonrió abiertamente

—Ahora mi nombre, ¿cómo sería mi nombre en coreano? —chillo emocionada de aprender algo nuevo

—Mmm... Déjame pensar... —su padre fingió pensar, hasta que decidió volver a hablar—. Haneul, significa “hermoso cielo celeste”

|| • Fin del Flashback • ||

Valle de la Felicidad. [EUMCEE 2]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora