Capítulo 32 • Amor (Nueva Versión)

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—Mateo no ha llamado desde hace dos días —Samara volteo los ojos, ya cansada de que le diga lo mismo por quinta vez

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—Mateo no ha llamado desde hace dos días —Samara volteo los ojos, ya cansada de que le diga lo mismo por quinta vez.

—Déjalo tranquilo, debe estar haciendo algún trabajo de voluntario. Ya sabes cómo es —Asentí y dejé mi celular en la mesa de luz. Olaf esperaba con la correa en su boca esperando que saliéramos de paseo.

—Vamos Olafi —susurré como si le estuviera hablando a un bebé. Solo Olaf conocía esa parte de mi—. ¡Papá, mamá, vuelvo en unas horas! —de su parte se escuchó que me cuidará y llevará mi celular. Por lo tanto, tuve que volver a ingresar en la casa y buscarlo.

Camine por las calles, dando por terminado en el lago de cristal, así lo llamaban. Pues el agua era tan cristalina que se lograba verse el fondo claramente. A todos les sorprendía y muchos no ingresaban en el con kayak debido al pánico que les daba caerse. En la noche era lo más hermoso, pues se reflejaba el cielo azul y las estrellas. Parecía que había dos cielos en aquel lugar.

—Es muy aburrido si estoy sola —susurré en la banca que me había sentado hacía unos minutos, pude divisar como alguien se sentaba a mi lado y mi cuerpo se tensó. Tenía miedo, estaba por levantarme e irme, pero una voz me detuvo.

—¿Tan rápido te olvidas de tu mejor amigo? Solo me fui unos meses... —lo miré asombrada.

—Pero... ¿Qué haces aquí? —tartamudee.

—Decidí volver a mi valle de la felicidad. Ya extrañaba a mi familia —rió y no le creí.

—Te dejaron venir antes, ¿verdad? —lo fulmine con los brazos cruzados y él asintió.

—A ti no se te escapa nada —asentí orgullosa.

—Tengo muchas cosas que contarte —ambos dijimos a la vez.

||• • • • • ♪ • • • • •||

Mat me había contado sobre el general Lee, sobre la niña que había conocido ayer llamada Haneul, también lo que significaba ese nombre. Me contó sobre las cosas que había visto y lo abracé, se le escaparon algunas lágrimas.

Le conté lo que había sucedido con Nathan, también como me había desilusionado y que no volvería a gustarme alguien. Su cara fue una de confusión y el tema no sé si había valido la pena.

—Además no me enamoré de él... —aunque tenía el miedo presente, porque ahora al tener a Mateo Hwang frente a mí, los sentimientos que había ocultado hasta de mi misma surgían y me temblaban las manos.

—¿Entonces por qué no te enamoras?

—No es algo que sea de repente. El amor es algo más complicado...

—Las personas lo vuelven complicado —respondió de manera obvia mientras con su mano derecha tocaba el agua espantando a los peces pequeños—. Supongo que es algo lo cual debes ser delicado, como los peces pequeños, si tomas el enamorarte como algo a la ligera asustarás a las personas que apenas comienzan a conocerlo —entendía su punto, pero aun así teníamos una manera diferente.

Valle de la Felicidad. [EUMCEE 2]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora