Capítulo 34 • Siempre ha sido así

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Di dos vueltas más en la cama, nada podía hacer que logre conciliar el sueño

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Di dos vueltas más en la cama, nada podía hacer que logre conciliar el sueño.

—Becky... —susurro Samara apareciendo en mi habitación. Muchas veces dormíamos en la misma habitación debido al trauma que le había conllevado la situación por la que había pasado

—No puedo dormir —le respondí y oí como suspiraba

—Aún sigo pensando en lo sucedido, Becks —sollozo

—No fue tu culpa Samy, la maldad es mucha en el mundo. Aún lamento no haberte podido cuidar... —susurre apenas audible lo último

—No siempre tienes que cuidarme —respondió, pero aún así sabía que se sentía aliviada—. Todo esto ha cambiado mis planes... La gente me mira raro en el templo, me mira con lástima; me siento asqueada con mi cuerpo si me miran así... Tengo cicatrices debido a los golpes, me quedaron los traumas, pero sigo siendo la misma Samara...

—Lo sé y siempre serás tú. Aunque te pasen mil cosas, pero realmente espero que no. No hubiera encontrado la manera de seguir si no estabas conmigo nunca más... Tuve mucho miedo

—Todos lo tuvimos... Incluso yo... —el silencio abundó en la habitación, cada una pensando diferentes cosas y por fin hablé

—Hoy se me confeso Mateo... —susurré y ella lanzó una pequeña risa

—Hasta que por fin lo hizo —dijo pensando en voz alta

—¿Lo sabías? —pregunté desconcertada

—No hay que ser adivino Becky, Mat fue muy obvio siempre, la manera en la que te mira demuestra cuánto cariño y cuánta admiración tiene hacia ti

—Aún no entiendo cómo sucedió... —expliqué

—El amor es algo muy difícil de entender, pero muy bonito para vivir. Solo que no todo el mundo lo comprende

—En una semana es su cumpleaños —recordé la llamada de Tahiel

—Sí, Tai me llamo...

—No sé que regalarle, ni siquiera sé lo que siento...

—No es tan difícil Becks, piensa en tu tipo ideal, si se parece a Mateo, entonces ya sabes que hacer. En estos momentos ya tengo sueño, hasta mañana hermanita —se dió la vuelta y no la oí más

Pensé en sus palabras, pero no podía encontrar mi tipo ideal. Así que decidí dormir.

||• • • • • ♪ • • • • •||

—Buenos días, estrellitas —ingreso papá en la habitación con galletas, me moví un poco y se cayó mi almohada de la cama, de a poco fui despertando y papá sonreía de oreja a oreja.

—¿A qué se debe hoy? —pregunté adormilada señalando las galletas que aún tenía en sus manos

—A que las tengo un día más conmigo, no hay que tener un motivo especial Rebbe —rodó los ojos y yo lo fulmine con la mirada

—El amor de padre e hija es tan hermoso —fingió mamá estar mirándonos tiernamente—. Mat te espera abajo, Rebbe —creo que esas palabras hicieron que se me pasará todo el sueño que tenía. Se supone que hoy no teníamos planes, pero hablaba de Mateo Hwang, la persona menos impredecible que existía.

—Bueno, las dejo mis princesas, voy a darle galletas a Mat, ustedes me las rechazan —así salió papá fingiendo estar ofendido y con Samy nos miramos para luego reír

—Ya sé de quién salimos tan dramáticas...

—Confirmo —dijo Samy, levantándose y buscando en mi ropa algo que ponerse. Le pedí un conjunto y me dispuse a cambiarme. Al terminar baje con una Samara por detrás explicándome sobre un vídeo de la galaxia que había visto la noche anterior.

—Hola Mat —dijimos a unísono, al mirarnos reímos

—¿Cómo están? —nos miro con una sonrisa

—Oye, en una semana es tu cumpleaños Mateo Hwang —hablo Samara mientras se sentaba, tomó una galleta del plato y la llevo a su boca, todos miramos ese recorrido

—Sí, Valerie me lo repite todos los días. Nunca me había sentido así, no lo habían festejado hace años... Mi cumpleaños siempre fue un día más con el paso del tiempo. Siempre ha sido así... Se siente raro

—Algo nuevo para ti —le sonreí y él me miró asintiendo

Al terminar de hablar nos levantamos ambos despidiéndonos de mis padres, yendo hacia donde el destino este dispuesto guiarnos.

—¿Por qué estás tan incómoda? —pregunto mientras me miraba a los ojos

—No estoy incómoda —dije y desvíe mi mirada hacia otro lado

—Sí, lo estás —lo ví rodar los ojos por el rabillo del ojo

—Es que me es raro que actúes tan tú —lo mire a los ojos y él negó

—No, si actuaría como yo quiero en estos momentos no estaría así —miro de reojo mis labios y observé a otro lado, sintiendo como mis mejillas comenzaban a arder. Aclaro su garganta y río por lo bajo—. ¿Cómo sería haber estado cuándo Moisés abrió el mar? —lo mire confundida

—¿Por qué estás pensando en eso? —le pregunté y él solo se encogió de hombros

—Ayer llegó esa duda a mi mente, me gustaría ver eso. Incluso preguntarle a Moisés que sintió en esos momentos, si lograban verse las ballenas o delfines, cómo fue cuando el mar ahogo al faraón y sus soldados, qué fue lo que sintió... porque era su hermano

—A veces me sorprenden tus locuras. Incluso me está dando la curiosidad, pero ¿qué habrá sido de Josué? Que él tenía que demostrar que Dios seguía con el pueblo de Israel, los nervios que debe haber tenido. Me gustaría ver eso, sería una periodista del cielo —ambos comenzamos a reír a carcajadas. En ese momento mientras veía a Mateo reír y hablaba fascinado sobre las cosas que pensaba, me di cuenta que quizá, solo quizás estaba enamorada de Mateo Hwang, pero no podía aceptarlo. Al menos aún no, ambos teníamos cicatrices que curar...

||• • • • • ♪ • • • • •||

¡Hola! Ha pasado mucho tiempo...

He cambiado la portada y la sinopsis, espero les guste. Voy a tratar de actualizar más seguido, el trabajo me consume.

Adiós~

Valle de la Felicidad. [EUMCEE 2]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora