Práctica

2.1K 229 10
                                    

No fue fácil ver a mi madre aguantarse las ganas de quebrarse frente a mis hermanas en el momento en el que se despedía de ellas, pero trayéndolas conmigo es de la única manera que pueda ayudarlos. Espero que logren aprovechar este mes para buscar ayuda y, aunque un camino de superación es largo y difícil, tengo la fe en que van a lograrlo.

—¿Y mamá y papá van a venir con nosotras después? — inquirió Hazell de camino a una de las casas de Jacob en California.

—Sí, ellos vendrán después a hacernos compañía — le aseguré.

—¿Se van de vacaciones y por eso nos dejaron contigo?

La inocencia de un niño es lo más valioso que puede haber, ellos nunca van a ver lo malo que existe en este mundo.

—Se van a tomar unos días para descansar, así que nosotros también haremos lo mismo. ¿Qué les gustaría hacer por estos días aprovechando que están en vacaciones de verano?

—Queremos ir a la playa. ¿Recuerdas los castillos que nos hacías?

—Como olvidarlo, princesa — le di una mirada divertida a Jacob—. ¿Nos podrías llevar a la playa, por favor?

Esa profundidad e intensidad con la que me miró, más esa sonrisa ladeada que dejó entrever, aceleró los latidos de mi corazón.

—Sus deseos son órdenes, Sra. Bardot — se desvió de camino en dirección a la playa.

—¿Sra. Bardot? — inquirieron las dos, frunciendo el ceño y tratando de entender a lo que se refería.

—No le presten atención, solo está bromeando.

—¿Crees que estoy bromeando, mi amor? No olvides que eres mi esposa y la madre de mis hijos.

Cada que se refiere a mí de esa manera, las mariposas vuelan descontroladas en el interior de mi estómago. Me pone tan nerviosa, pero a la vez tan emocionada que asegure con esa firmeza que soy esposa. Cada día me tiene más enamorada que el anterior.

Después de un recorrido de treinta minutos, llegamos a Santa Monica Bay, a la cual solíamos venir en familia incluso desde que era una niña. Estar en este lugar me trae tantos recuerdos, me hace pensar en que mis padres, a pesar de que han cometido errores como todo ser humano, siempre han tratado de darnos lo mejor y nos han amado incondicionalmente. No tengo ni un solo recuerdo malo de ellos, de hecho, todos son muy bonitos, lo que hace que esto que han hecho conmigo me duela como nunca. Quizá es algo que mi padre ya no pueda controlar, después de todo, cuando el vicio es el que lleva el control, es muy difícil que la razón sea más fuerte que esa gana de dejarse llevar por el placer que le brinda el juego.

—¡Hagamos una carrera!

—Te voy a ganar porque yo corro más rápido que tú — le dijo Zaira a Hazell con el mismo aire de victoria y seguridad que tanto la caracteriza.

Ellas, aunque se aman con el alma y no pueden estar lejos la una de la otra, siempre han sido muy competitivas. Son un par de gemelas que se complementan a la perfección, lo que le hace falta a la una a otra lo tiene muy marcado. Siempre están juntas para todo sin importar qué.

—No deberías apresurarte a los hechos, hermanita — le sonrió tranquilamente—. Jacob, ¿podrías darte cuenta de quién de las dos llega primero al final del muelle? Cora siempre nos dice que llegamos al tiempo.

—Es que siempre llegan al tiempo — me encogí de hombros.

—No les quitaré el ojo a ninguna de las dos. Seré un hombre justo.

—¡Perfecto! — gritaron al unísono y tomaron sus posiciones.

—¿Listas? — afirmaron con la cabeza—. Muy bien, allá vamos. ¡A la una, a las dos y a las tres!

Cautivando tu corazón[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora