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CORA

El tiempo se ha pasado muy rápido. No puedo creer que, con todo lo que ha pasado con mis padres, con Arabella, el manejo de la empresa, mis estudios y el cuidado de mis hermanitas, al fin tenga una buena noticia. Estos meses han estado cargados de tensión, llenos de situaciones difíciles que no le deseo ni a mi peor enemigo, que un bebé era lo menos que me esperaba. Pensé que nos iba a tomar más tiempo, sobre todo por lo que hemos cargado Jacob y yo a lo largo de estos meses, pero las sorpresas llegan en el momento menos esperado.

Hace un par de días me enteré de mi embarazo y aún no le he contado nada a Jacob. Quiero sorprenderlo en la cena familiar que vamos a tener el día de hoy en casa de sus padres. Esconder este secreto del hombre que amo es una tarea muy difícil de hacer. Anhelo ver su reacción de cuando se entere que vamos a ser padres. Él, incluso mucho más que yo, deseaba con todas sus fuerzas que se nos diera el milagro. Aunque no tenemos mucho tiempo para estar juntos como en un principio, no ha dejado de trabajar duro y ahora se ven los resultados. No veo el momento de que estemos todos reunidos para soltar la bomba.

El timbre de la casa resonó y, como iba cruzando por el frente de la puerta, me acerqué a abrirla. Antes de darle paso a la persona que estuviera al otro lado, me acerqué para ver de quién se trataba.

Bell y Logan llegaron juntos. No es nada nuevo que los vea tan unidos, pues se han convertido en muy buenos amigos en tan poco tiempo, lo que me estuvo extraño es el hecho de que se vean muy acaramelados y hasta sus manos se encuentren entrelazadas.

—En su madre, ¿y esto qué contiene? — parpadeé varias veces seguidas tras ver el claro coqueteo entre ellos.

—¿Cora? — una voz me hizo girar la cabeza hacia ella y le hice señas a Lea de que guardara silencio—. ¿Qué estás haciendo ahí?

—Shhh — puse mis dedos en mis labios y se acercó a mí.

—¿A quién estás mirando? — me empujó suavemente y puso el ojo en la mirilla de la puerta—. Sabía que la copia barata dos, estaba interesado en esa chiquilla.

—¿Lo sabías? — murmuré y me miró esbozando una sonrisa ladeada.

—A esas dos copias baratas las conozco mejor que nadie. Además, tienen la misma mirada de idiotas cuando algo les interesa. Cuando Jacob te vio a ti por primera vez, puso la misma cara de estúpido que vi el día en que Arabella llegó junto a ese hijo de puta al restaurante — sus palabras me hicieron reír—. Somos una combinación patética y obsesiva de papá, desquiciada de tío y nerviosa de mamá. Somos como todo en uno. Amamos con la misma intensidad en la que odiamos al mundo. ¿No te asusta esta familia?

—No — negué con la cabeza—. ¿Acaso son peligrosos?

—Depende del contexto al que estemos hablando, cuñis — me lanzó un guiño—. A donde ponemos el ojo, tiramos la bala.

—¡Deja de hablar estupideces y abre la puerta! — vociferó Logan del otro lado, tocando repetidas veces la puerta.

—¿Cuáles son las palabras mágicas, copia barata?

—No voy a decir nada de eso frente a nadie.

—Entonces no entras a casa.

—Eres una...

—Lea, ábrele la puerta a tu hermano — la Sra. Sara cruzó por el frente de nosotras con una bandeja en sus manos y con una sonrisa en los labios—. Ya no son unos niños.

Lea abrió la puerta y le sacó la lengua a Logan una vez lo tuvo frente suyo. Arabella me abrazó muy fuerte y yo le correspondí de la misma forma. Aunque he tratado de no dejarme llevar por ese sentimiento de culpa, ha sido imposible no sentirme de esa manera cada que veo esas marcas en su hermoso rostro y traigo a la mente esa profunda tristeza que dejó entrever aquella vez. Fui tan mala amiga. La dejé sola cuando más me necesitaba. El pasado lo hemos dejado enterrado, pero a veces quisiera tener el poder de devolver el tiempo y estar para ella. Ha sufrido tanto que, de alguna manera, me siento culpable por haber sido tan ciega y no ver más allá de una simple actitud de desprecio.

Cautivando tu corazón[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora