Puede que desahogue todo mi dolor con un Dios que pareciera que nunca va a escucharme, pero en cuanto salgo de mi habitación y la luz de la oscuridad ilumina mi vida de mierda, debo hacer como si nada estuviese pasando a mi alrededor. Los abusos se olvidan, el dolor queda guardado en lo más profundo de mi corazón y esas lágrimas llenas de impotencia se sustituyen con sonrisas falsas y miradas cautivas. Mi mundo es un círculo vicioso, uno del cual quiero salir de alguna manera, pero no encuentro la ruta de escape.
Tal como lo pidió Frank, me dediqué a conocer más de los Bardot, no solo de Logan, sino de toda su familia en general. El mundo es un pañuelo, nunca habría imaginado que Cora sería la mujer del hermano del hombre que tengo que conquistar. Si él descubre mi relación con ella, sabiendo que todo esto hace parte de un plan de Frank para quitarle dinero, estaría metiendo a mi mejor amiga en problemas con el amor de su vida. Por dónde sea que lo vea, no hay manera de que ella no se vea perjudicada, y eso es lo que menos deseo. No podría vivir con el cargo de conciencia si ellos se separan por mi culpa.
No es que el hombre me interese, porque el amor nunca será parte de mi viday además no busco una relación, pero si puedo sacar provecho de la situación y podría irme muy lejos con su ayuda. Después de todo, su familia cuenta con el poder suficiente para mover el mundo si se les pega la gana.
Pero ¿cómo voy a convencerlo de que me ayude si la última vez me dejó en claro que no estaba interesado en mí? Entre más pensaba, menos ideas me llegaban a la mente. No sé qué voy a hacer, pero de algún modo debo escapar de esta situación.
—¿Estás lista, mi amor? — Frank entró a mi habitación y asentí con la cabeza—. Muy bien, porque ya es hora de irnos.
—Si quieres espérame abajo, entraré al baño.
—De acuerdo — me tomó de la cintura y me acercó a su cuerpo. Con su mano libre acarició mi mejilla, sonriendo ladeado—. Estás muy preciosa, hija.
Podía sentir a través de sus palabras y de su agarre sus deseos, por lo que me aparté un poco de él soltando una risita traviesa. Disimular se vuelve cada día más difícil.
—Vas a arruinar mi vestido y mi maquillaje — como pude, me escabullí de sus brazos—. No tardo en el baño.
—Bien, de igual manera —se mordió los labios de una manera tan deprava y asquerosa—, tengo toda la noche para hacerte mía, mi pequeña.
De nuevo ese frío recorría mi ser, advirtiéndome del peligro y del dolor que, aunque conocido, no lo termino de aceptar ni mucho menos de asimilar.
Me di prisa y entré al baño antes que se hiciera tarde para ir la cita de negocios que Frank tenía pactada con Logan Bardot. Si hay algo que moleste y enfade a Frank, es que las cosas no se hagan a su modo, por lo que no perdí tiempo y camuflé mi teléfono debajo de mi vestido. Tenía una sola oportunidad para salir de esta vida que mi madre me obligó a vivir. Si no tomo el riesgo ahora que se ha presentado, no podré tener ni una sola posibilidad de ser libre.
Al llegar al restaurante, el encargado nos guio hacia la mesa donde Logan ya esperaba por nosotros. Junto a él había una mujer muy bonita, de ojos muy parecidos a los suyos y sonrisa encantadora. Mi plan está tambaleando en la cuerda, porque si esa chica a su lado es su pareja, no podré poner en la mesa ningún trato. Aunque pensándolo bien, no le voy a proponer matrimonio porque ninguno de los dos está interesado en el otro, solo será un negocio que estoy dispuesta a pagar al precio que él ponga.
—Sr. Bardot, gracias por aceptar reunirse conmigo — Frank hizo una leve reverencia y me acercó a la mesa por la cintura—. Vine con mi hija, espero no le moleste su presencia.
El hombre clavó su grisácea mirada sobre mí, hecho que me puso muy nerviosa e incómoda. Al igual que su hermano, tiene una mirada demasiado profunda e inquisitiva. Se veía serio y perdido en sus pensamientos, como si tratara de adivinar algo y aun no encontrara la respuesta.
—Sr. Coleman, no nos incomoda que haya traído a su hija a la reunión. Tomen asiento, por favor — indicó la chica, cortando con el silencio de Logan.
—Hemos estudiado su propuesta a fondo, por lo que hemos tomado la decisión de invertir en su empresa, Sr. Coleman — habló el hombre, seguro e imponente, alguien muy diferente al que conocí en el club de Frank—. Pero tengo una sola condición, no sé si esté dispuesto a aceptarla o no.
—¿De qué se trata Sr. Bardot? — Frank mostró gran interés y se veía muy emocionado, y no era para menos, pues desde hace meses esperaba que el hombre frente suyo invirtiera en su falsa empresa—. Estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo justo para ambas partes.
—Lea, mi hermana mayor, le explicará a detalle de qué se trata nuestra condición.
—No tengo problema con ello.
—Perfecto — sonrió la chica—. Venga conmigo, Sr. Coleman — se puso de pie y Frank hizo lo mismo.
—Por supuesto — se inclinó en mi oído, apretando mi hombro con suavidad—. Tienes la oportunidad perfecta, mi amor. Asegúralo y tu recompensa será muy sustanciosa y deliciosa.
Me mantuve en silencio y serena mientras ese maldito bastardo se alejaba de la mesa junto a Lea e intentaba tocar su espalda baja. Ese desgraciado asqueroso no pierde la oportunidad para caer encima de cualquier mujer. Como deseo que se muera ese infeliz.
Antes de que el hombre frente a mí se diera cuenta de algo, me tragué mi odio con un sorbo de güisqui que le di a mi copa. La dulzura y ese toque amargo me tranquilizó un poco, ya que el alcohol siempre ha tenido el efecto de adormecer mi dolor y mi sufrimiento así sea con una dosis mínima. Además de que tenía que tomar toda la valentía que no sentía para hablar con él.
—Ya que tu padre y mi hermana se han ido, ¿qué te parece si me hablas un poco más a lo que se dedican tu querido papi y tú? — atacó, tomándome por sorpresa—. Te daré una sola oportunidad para que hables y me lo cuentes todo, de no ser así, las cosas no se podrán nada bonitas —sonrió torcido—. Dime, Arabella, ¿cuál es tu insistente interés en mí?
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Cautivando tu corazón[✓]
RomanceSer prácticamente obligada a casarse con un perfecto desconocido por su padre, Cora Walker decide huir de su casa, pero en el intento de ser libre y elegir su propio destino, aquel hombre le pone sobre la mesa un trato que considera justo. ¿Podrá J...