En la sala de espera Cora, Jacob y yo esperábamos impacientes alguna información de Arabella, pero entre más pasaban las horas, nadie salía a decirnos ni una sola palabra de su estado. La desesperación nos estaba consumiendo por dentro. Mientras Cora dormía entre los brazos de mi hermano, no tuve otra opción que contarle todo lo que había sucedido en el restaurante incluyendo esa confesión que se esperaba.
Le había pedido a Jacob que llevara a ese hijo de puta a la casa de tío en la playa sin darle ninguna explicación y era de esperarse que indagara la razón en cuanto llegara al hospital.
—Ahora todo cobra sentido... pero ese bastardo se veía muy afectado.
—No sé cómo funciona la mente de un enfermo, pero supongo que le afecta por el hecho de que no la tendrá más bajo su dominio.
—¿Qué piensas hacer con él? Me siento muy intrigado con tu forma de actuar. No sabía que eras tan empático con los demás — me miró con una sonrisa burlona en los labios—. Si la chica no te interesa, porque de antemano sé que no lo hace, ¿por qué ayudarla?
—Me siento con algo de culpa por la decisión que ella tomó. Si la hubiera ayudado ese día en el que se atrevió a confesar lo que ha vivido quién sabe por cuánto tiempo en manos de su padrastro, nada de esto estuviese pasando.
—¿Solo se trata de eso, copia barata? — enarcó una ceja.
—Bien lo acabas de decir; ella no me interesa como mujer ni un poco, y no es porque sea fea, simplemente no me gusta y punto — me quedé pensando un segundo en las palabras correctas—. Algo me dice que la ayude, porque lo necesita. Lo puedo ver en sus ojos.
—Ya entendí — soltó una risita quisquillosa—, pero no me respondiste qué piensas hacer con su padrastro.
—A ese bastardo le tengo preparado el mejor placer de su vida. Te aseguro que después de recibir mis debidas atenciones, no le quedarán ganas siquiera de seguir respirando.
El hecho de pensar en todos los abusos que ella recibió y soportó de su parte, una indescriptible ira crece en mi interior. Tenía planeado otro procedimiento para que pagara por cada uno de los abusos que ha cometido, pero todo cambió con esa decisión tan precipitada de Arabella al intentar quitarse la vida.
—Espero que así sea, porque ese hijo de perra no merece más que una muerte lenta, dolorosa, pero, sobre todo, muy placentera.
—Y la tendrá.
El doctor que atendió a Arabella se nos acercó con cara de todo, menos que traía buenas noticias. Por dentro me sentía extraño, no sabía cómo describir el malestar en mi pecho. No sé qué demonios me pasa.
—¿Cómo está Arabella, doctor? — inquirió Jacob, ya que me había quedado en completo silencio.
—La señorita se encuentra fuera de peligro. Sus cortes ya fueron atendidos y ninguno de ellos fue de gravedad. Su desmayo fue a causa de su mala alimentación - nos miró a los dos con el ceño fruncido-. Necesitamos saber qué tipo de relación tienen con la paciente. En vista de que intentó quitarse la vida y la de su bebé, tenemos que seguir el debido proceso de investigación y conocer el motivo que la llevó a dicha decisión.
—¿Está embarazada? — inquirió Cora, enderezando su cuerpo en la silla—. Yo soy su mejor amiga.
—¿Sabe de algún familiar que podamos contactar? ¿Sus padres? ¿Hermanos?
—Su único familiar es su madre, pero ella no está en el país en este momento.
—¿Su padre?
—No tiene padre...
ESTÁS LEYENDO
Cautivando tu corazón[✓]
RomanceSer prácticamente obligada a casarse con un perfecto desconocido por su padre, Cora Walker decide huir de su casa, pero en el intento de ser libre y elegir su propio destino, aquel hombre le pone sobre la mesa un trato que considera justo. ¿Podrá J...