39|Fractura.

17.3K 1.1K 317
                                    

Otra práctica, pero a diferencia de la de Price está estuvo fácil, de inicio a final

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Otra práctica, pero a diferencia de la de Price está estuvo fácil, de inicio a final. Realmente soy buena en los cursos, mi espina maldita es matemáticas. Una vez que entregué mi hoja, con todo y nombre completo, salí del aula y en el camino me encontré con Priscilla que igualmente acabará de rendir una práctica. Esto es como el clima, si ves nubes grises es muy probable que llueva y en este terreno, si hay prácticas seguidas es porque los exámenes están a la vuelta de la esquina.

—¿En qué piensas tanto? —despego la vista de la ventana y la miro— Tienes esa cara que solo significa problemas ¿Qué sucede?

Bajo la mirada y vuelvo a subirla hasta sus ojos ¿Tanto se me nota? Desde hace dos horas que no puedo estar concentrada en algo, mi mente solo está en una sola persona.

—¿Qué sabes de Dereck Orwell? —me arriesgo y pruebo.

Priscilla abre sus ojos sorprendida por mi pregunta. Me quedo intacta, seguro esperaba algún gesto de broma porque cuando ve que sigo en mi misma postura se aclara la garganta y apoya su espalda en el muro.

—La verdad no mucho, es Dereck, el chico más misterioso y candente del instituto. No sé sabe mucho de su vida, supongo que es parte de su atractivo, lo hace más interesante. Sin embargo, una vez fui a su casa —mis ojos brillan, lo nota y de una sella sus labios mientras me mira fijamente— ¿Específicamente qué quieres saber? ¿Por qué?

Saber el porqué de su resentimiento, sus amenazas, su cambio de comportamiento, todo. Desde que me dejó sola en el laboratorio de química he estado dándole vueltas al asunto una y otra vez. Dereck no jugaba, hablaba en serio y estoy casi segura de que hay un malentendido en toda la situación, si tan solo él pudiera hablarme bajo que contexto estamos.

—A mi amiga le gusta y me ha pedido ayuda —una mentira como tal no es.

—Todo el mundo sabe lo poco que te soporta Dereck. Invéntate algo mejor a la próxima —se ríe y niega con la cabeza.

Tengo que mejorar mi capacidad para mentir, de eso no hay duda.

—¿Por qué fuiste a su casa? —trato de insistir con el tema al verme descubierta.

Suspira.

—Fue accidental, fue en vacaciones. —relata— Ese día había estado buscando unas pastillas para mi madre, una vez las conseguí me senté en un parque a descansar y de la nada se acerca una chica pidiendo ayuda para encontrar una dirección. Era cerca y por su acento supe que no era de aquí, así que la acompañe y en el camino charlamos. Su nombre es Dalesa. Cuando llegamos me invitó a almorzar. Recuerdo que no podía sentir mis pies y el estómago me gruñía. Mi madre estaba con la vecina y después de una llamada acepté —recuerdo esos tiempos. Priscilla me llamaba cada cierto tiempo para abogar por ella a mi madre, sin embargo, incluso así Giuliana no pudo conseguir los medicamentos requeridos.

—Ahí vivía Dereck —afirmo.

—Sí, no sabes lo intimidada que me sentí cuando lo vi, ese hombre sabe imponerse. —ni me lo digas— Dereck llegó a los minutos, no imaginas mi decepción cuando no me reconoció. Te juro que me rompió el corazón. —reímos. Priscilla seca una lágrima fantasma— Bueno, así llegué a su casa, pero ahora viene lo interesante. —relamo mis labios, estoy ansiosa— En la casa solo estábamos los tres, con el paso del tiempo me di cuenta de que eran primos. Dereck realmente la quiere, admito que pensé que era una novia o algo por el estilo, jamás lo había visto tan afectuoso con alguien.

Enséñame: La adicción de AdriánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora