Ashley Wood
No podía ver la cara de Luke, me moría de la vergüenza. Le dije claramente que me iba a ver con Cristina en la salida, pero ahora sabe que no es cierto, que estuve con Adrián. Esto no puede ir peor.
—También sé que nos íbamos a ver más tarde, pero para qué esperar. Estabas cerca y aproveche —deseo matarlo, enserio.
—¿Qué...
—Sé que me dijiste que no querías que nadie de enterara lo de nosotros, pero que importa este tipo.
¿Está loco? ¿Quiere morir?
—Será mejor que te vayas —habla por primera vez Luke.
—Pero, necesito...
—¡Qué te largues! —trato de no parecer asustada.
Adrián sonríe con burla y asiente. Levanta sus manos y se va cerrando la puerta detrás suyo dejándome sola con Luke.
Joder.
No puedo verlo.
—¿Es cierto? —su voz es profunda.
—Puedo explicarlo —digo al toque—. Si, lo vi a él en la salida, pero fue un accidente —para coordinar—. No pasó nada —me beso— y por supuesto no voy a ir a verlo después —mañana sí.
Sus facciones están tensas, tan duras que temo por su salud. Pero, con mis palabras se relaja, solo un poco.
—No quiero mentiras.
—Es que ¡Ah! Mierda. Todo es muy confuso ¿Ok? —encaro— Por más que te haya contado de Adrián, igual reaccionaste mal cuando nos viste juntos. No te estoy reclamando nada, no somos exclusivos, lo sé, pero tus actitudes me —ilusionan— aturden.
—No me vengas con eso. Dijiste solo besos, Ashley, besos, nada de orgasmos de por medio ¿Sabes cómo me sentí cuando te vi con él? No puedes culparme de todo.
—No te culpo, pero tú empezaste en el salón, —esta confundido— le tocaste el culo a Naybet. Me puse celosa y reaccione.
—¿Qué? De que mierda hablas —estoy quieta, se cuando miente y puedo decir con seguridad de que no lo hace.
—La tocaste en el salón, el día que Adrián me tocó.
Sus ojos azules me inspeccionan con profundidad, siempre a tenido la facilidad de leerme. Sus manos se van a mi cabeza.
—Él te lo dijo ¿Verdad? El hijo de puta se atrevió a mentirte.
—Yo pensé que...
—¿Por quién me tomas? Me conoces joder, sabes que la odio.
Adrián me lo va a pagar, lo juro.
—No parecías tener odio en la fiesta.
—Es diferente, estaba muy molesto y fue la primera que se me lanzó.
—No soporto verte con alguien más, la manera en que las tocas me da asco —escupo. Para estos momentos nuestras frentes están juntas y sus manos en mi cintura y las mías en su espalda.
—Eres una hipócrita.
—Lo sé.
—¿Por cuánto tiempo más tendré que aguantarlo? —sus labios me rozan.
—Hasta los parciales.
—Si es que para ese entonces no te has enamorado él.
—¿Y qué si pasa?
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Enséñame: La adicción de Adrián
RomanceLIBRO I «Ashley se niega a caer en la tentación Irman, pero es humana y todo humano tiene un límite que tarde o temprano cederá a los placeres del pecado»