"Salvame, pequeña"
"Duele mucho princesa"
"¿Puedes hacer que pare?"
—Tú puedes, Ashley, respira. Emplea nuestros métodos. —obedezco— Así es, con calma, eres fuerte.
Estoy acostada en el consultorio de mi psicólogo Nathaniel. Acabo de tener una crisis, otra vez, la segunda de esta semana.
No veo una salida del túnel, cada paso es más y más oscuro.
Tomar esta decisión no ha sido nada fácil, pero después de estar encerrada en mi cuarto y estar constantemente en un mar de llanto, tuve que recurrir a mi madre y pedir auxilio.
Mi mente, cuerpo y alma ya no daban, estaba muriendo en vida.
No esperaba hacerlo así, quería que todo pasará, solo un tiempo y después volver a consulta, pero el pozo de mi infancia me estaba absorbiendo. Mi madre relacionó mi estado con mi ruptura con Adrián, jamás dije nada, pero nuestra lejanía debió ser muy evidente, mis llantos tenían motivo no había razón para preguntar el porqué de mi interés por regresar con el doctor Nathaniel.
El secreto de Jeremy me lo voy a llevar a la tumba, nadie merece pasar por lo que yo, especialmente mi madre, jamás puede enterarse. Sin embargo, Nathaniel sí.
Hemos tratado de hablar de esto, con diferentes métodos, pero no puedo, mi boca se cierra y siento dos grandes manos apretando mi cuello. Esas manos son mías, unas imaginarias, pero mías, me represento en un fantasma y me castigo por no proteger a mi hermano.
Nathaniel es paciente, no me fuerza, sabe de mi pasado por nuestras sesiones de hace años y extrañamente siento que cuando me ve, observa a su pequeña hermana fallecida en la misma época que Jeremy desapareció.
Me siento segura con él, me está ayudando, voy dando pasitos cortos, estoy cumpliendo mi meta, sin embargo, nada puede rellenar el vacío que ha dejado Adrián Irman en mi corazón.
Lo extraño tanto.
Lo amo tanto.
Pero sé que es lo mejor.
Solo un poco más, estoy dando todo de mí para mejorar.
Podemos superar esto.
Sé que está enojado, sé que lo herí al compararlo con su padre, pero era la única forma de huir antes de que el barco se hundiera. Me lo he encontrado varias veces en los pasillos, he intentado que me mire, ver ese brillo en sus ojos, pero me esquiva con tanta simpleza que daña cada lugar de mi cuerpo. Me lo merezco, soy consiente, aún es demasiado pronto para que vea la realidad de mi decisión, el porqué.
Los primeros días después de nuestra ruptura estuvo desaparecido, hasta el día de hoy no sé dónde ha estado, su madre Beatriz me contactó desesperada por él. Creí lo peor, estuve a punto de ceder y buscarlo, pero luego apareció como si nada. Se presentó a clases y toda la situación parecía exactamente igual como hace meses cuando no nos conocíamos, Adrián retomo su puesto adelante del aula y actuó de manera frívola.
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Enséñame: La adicción de Adrián
RomanceLIBRO I «Ashley se niega a caer en la tentación Irman, pero es humana y todo humano tiene un límite que tarde o temprano cederá a los placeres del pecado»