14| Escapada.

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Ashley Wood

Lo he esquivado a más no poder, no me importa si se da cuenta, no puedo ver a Luke. Es una sensación rara, no me siento triste, pero tampoco feliz y mucho menos normal. Los primeros días trate de entablar una conversación, hacer que entre en razón y hasta por un segundo me decidí a dejarlo. Para mí desgracia, no puedo esconderme de las clases que tengo con su compañía, si no estuviera bajo en los cursos me lo pensaría, pero dada mi situación no puedo darme ese lujo. No fue evidente las primeras clases, pero después empezaron a llegar las chicas, los besos, las caricias y metidas de manos. No me atreví a mirar, la mismas mujeres me lo sacaba en cara,.

Estoy exhausta de esta situación.

Al llegar a la casa de Adrián, me recibió como la primera vez e hicimos el típico recorrido hasta su habitación. Le he cancelado las citas que teníamos, no me sentía dispuesta a estudiar, pero ya son dos postergaciones, no darme el lujo de más. Se que está al tanto de todo, pero aún no recibía burlas de su parte, ya sería el colmo, Adrián empezó todo.

—¿Cuándo llega tu madre? —pregunto al ver de nuevo todo vacío.

—No lo sé, los casos suelen extenderse mucho. Una vez se fue casi un año —su confesión me deja con la boca abierta.

—¿Cómo vives? ¿Trabajas? ¿Piensas seguir su ejemplo? Me refiero a la carrera —aclaro.

—Me envía dinero. No, voy a estudiar...

—Psicología —término por él.

Sus manos se detiene y me mira espléndido.

—¿Tan obvio es? —saca lo necesario para empezar y se sienta a mi lado.

—Un poco —pronuncio.

Algo le pasa, su mandíbula se aprieta, pero con una sacudida de cabeza vuelve a la normalidad.

—Cualquiera podría darse cuenta —objeta sin emoción

—¿Tú qué quieres estudiar? —los dos queremos alcanzar un lápiz, pero en el acto nuestras manos rozan. De inmediato escojo otro.

—Estoy entre medicina y periodismo —confieso.

—Cosas totalmente distintas ¿Por qué? —deja las cosas a un lado y se acerca un poco más.

—Quisiera ayudar a las personas, curarlas, pero también informarlas sobre lo que esta pasando en el momento. Sacarlas de su ignorancia —sus ojos brillan.

Adrián deja las cosas que tenía entre sus piernas a un lado y se empieza acercar. Solo es un beso, solo un beso. Acaricia mis brazos de manera ligera y cuando pienso que sus labios van a impactarse con los míos, no llega el momento. Se aleja y sonríe burlesco.

—¿No vas a reclamar tu beso? —enderezo mi espalda al seguir inclinada a su cuerpo.

—No, hoy día no —asiento confundida.

—¿Por qué? —esto es raro, el ambiente esta diferente.

—Simplemente no quiero. Estudiemos.

—¿Debería sentirme ofendida?

—Jamás.

Se aleja y me tiende un lápiz. Explica, entiendo y resuelvo, de eso se trata la próxima hora. No hay dobles intensiones, no hay acercamientos, no hay roces que me hacen dar una respiración profunda, Adrián se comporta extrañamente normal. Es extraño, supongo que me he acostumbrado a vivir la vida corriendo.

—Será mejor que me retire —aviso terminando un problema. Pongo mis manos en mis piernas y me levanto—. Estoy muy cansada —argumento.

—Te llevo —ofrece.

Enséñame: La adicción de AdriánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora